Dicen que las primeras relaciones son aprendizaje, aunque quizás todas lo son. Valentín no fue la primera mía, pero sí una que dejó una huella, me llevó hasta lo más alto de la cima para más tarde dejarme caer sin paracaídas.
Me ha tocado observar como buscamos entre las mil variables existentes, ser suficientes para alguien, ser eso que más anhelan para sus vidas, pero resulta que nunca lo seremos para la persona incorrecta, no importa el esfuerzo.
No fue necesario que la tragedia de los seis meses llegara, nos bastaron días para comenzar a debilitar la relación.
¿Hay algún culpable?
Ambos tal vez.
¿Cuántos actos se necesitan para saber que ahí no es?
Nunca lo tuve claro.
Me costó entender tu forma de querer. ¿Lo hiciste alguna vez?
Cinco días de relación y la tormenta vino con todo, parecías rendido incluso antes de pelear la batalla.
Siempre pensé que la cuerda la tiraba solo yo. Nos mantuve sujetos de un hilo, pero no fue suficiente para poder salvarnos.
Los primeros días si fueron bastante extraños, en especial el momento en que les contamos a nuestros amigos, fue una instancia bastante particular, ya que pese a que presentían que algo había ocurrido entre nosotros días atrás, no pensaron que estuviésemos en una relación. Se lo tomaron incluso mejor de lo que imaginaba.
Los primeros días si fueron una maravilla, las caricias, miradas y conversaciones cómplices se habían vuelto mi cosa favorita. Disfrutar de su compañía era tan grato, todo espacio con él lo apreciaba al máximo, desde el momento en que me tomaba de la mano, hasta el beso de despedida.
Como me hubiese gustado que las cosas entre nosotros hubiesen continuado de ese modo tan solo un tiempo más.
El día en que creí que sería como cualquier otro marcó la primera grieta en mi relación con Valentín.
Todo estaba increíble hasta que dejó de estarlo. Mientras nos dirigíamos al salón de artes, escuché una conversación que llamó mi atención más de lo que me hubiese gustado. Justo antes de que ocurriera, esa alerta de que algo iba a salir mal se paseó delante de mis ojos, pero fue imposible distinguirla.
Gloria y Laura, se habían adelantado, porque querían un puesto con buena vista, pero por mi lado dejé que Valentín decidiera por los dos. Me tomó de la mano y caminó a paso lento asegurando que no pasaría nada si nos atrasábamos un poco. Mientras caminábamos Marcos se acercó a nosotros y nos siguió el paso. Ellos hablaban de algo que no terminé de captar hasta que un nombre despertó mis sentidos.
Ava.
Sabía a la perfección quien era, porque Valentín la mencionó en más de una ocasión.
- ¿Aún hablan?-preguntó Marcos a Valentín.
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Los Corazones Rotos De Zoe ©
RomanceZoe tiene una larga lista de decepciones amorosas por contar, y pretende reflexionar sobre ellas durante la tarea que le encomendó su psicóloga: Escribir para dejar ir. Recordar será como desenterrar el pasado y abrir heridas viejas, pero ayudará a...