Prólogo

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— ¿Cómo crees que sería una buena idea condensar esas ideas y emociones que no te dejan avanzar?

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— ¿Cómo crees que sería una buena idea condensar esas ideas y emociones que no te dejan avanzar?

— Con un balazo—respondí antes de conectar mi cerebro con la boca. La psicóloga detuvo su lápiz para observarme y noté visiblemente como analizaba mi semblante. ¿Es este el momento en qué está buscando minuciosamente una respuesta oscura entre mis bromas?—. No, perdón, no quise decir eso, no lo sé ¿Meditando? ¿Un diario? ¿Un nuevo diseño?

A pesar de que no pasó por alto mi comentario, siguió poniendo atención al resto de mis palabras y algo pareció ser correcto entre lo que dije, porque su semblante se relajó.

¡Al fin dije algo coherente! Bien, ahora díganme que fue.

— Un diario ¿Te gustaría completar uno?

Dudé unos segundos.

— Lo dije por decir, no sé si soy tan buena con las letras, las palabras en general.

— Si lo intentas ¿Qué es lo peor que puede pasar?

Volví a dudar.

— Supongo que nada, además de que se me canse la mano—me encogí de hombros y ella soltó una media sonrisa.

Para tener 22 años la vida me ha tratado bastante mal.

Vale, estoy exagerando gravemente, pero en algunos ámbitos no me he desenvuelto de la mejor manera y lo estoy pintando de manera linda, porque quizás debería utilizar sinónimos como que me he desenvuelto de manera"terrible", "horrible", "asquerosamente mal", pero dicen por ahí que hay que aprender a querer todas las etapas y ámbitos de nuestra vida. Fusilen a quien dijo eso, es broma, fue mi abuela, no le hagan nada, hace galletas deliciosas, ah y además, es mi abuela.

Una tarea de mi psicóloga me trae escribiendo estas letras, porque según ella mi manera tan intensa de sentir no se debe a que tengo luna en Leo. ¿Cómo qué no? Dice que no cree en esas cosas. Yo la verdad, no lo sé, pero mi hermana sí, me habló tanto del horóscopo, que terminé creyendo que las cosas me pasan porque soy Sagitario. En fin, me desvié de nuevo, la bendita tarea que me ayudará a soltar los lazos que he reprimido para así por fin poder abrirle las puertas a Cupido sin trabas ni miedos. Sinceramente no le creo un demonio, pero no tengo absolutamente nada que perder. Así que, qué puedo decir, me voy a convertir en una especie de escritora, bastante aficionada, porque no tenía idea que se me daban las letras hasta ahora, quizás era mi futuro y yo perdiendo el tiempo en diseño gráfico. 

Tengo bastante historias que contar, así que si esto llega a salir bien, pienso reclamar mi Best-seller.

Cargo un corazón roto, y los tristes cuentan las mejores historias de amor.

Los Corazones Rotos De Zoe ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora