[Contenido sensible. Esta parte de la historia contiene escenas fuertes, se recomienda discreción. En caso de que no sean de tu agrado, te recomiendo saltar a "Hugo", ya que no es trascendental para la historia.]
Esto no fue más que un trágico amorío.
¿Significo algo más para tí?
¿Te arrepentiste realmente?
Haber llegado a la vida de alguien poco experimentada no hacia mas que alimentar tu ego, pues creías que a todo lo que deseases debía aceptar.
Según tu criterio esa era la forma en que evaluabas mi cariño.
Una mierda. Manipulación y mas manipulación.
Fue mi culpa. Gran parte.
Es difícil ser la amiga que no se da cuenta o la que no se quiere dar cuenta.
La segunda salida llegó.
Cuando escuche el auto me apresuré en salir y me topé con la sonrisa de Hugo, no sé si fue su cabello o una parte de mi cabeza la que me obligó a verlo más guapo de lo que usualmente me parecía.
Nos encaminamos nuevamente a la playa. El día estaba soleado, pero seguía estando la brisa fría de invierno, se notó más cuando nos bajamos del auto. Caminamos por la arena y volvimos a sentarnos alejados de la orilla.
— Háblame de tus gustos, Zoe—pidió.
Me removí en mi lugar. Jugueteé con la arena antes de contestar.
— Me gusta el arte, todo tipo, pero se me da mejor el dibujo y la pintura. ¿Qué hay de ti?
Lo vi hace una mueca que llamo mi atención.
— No me gusta nada de eso. Soy mas de números.
Asentí sin decir nada más. Debo admitir que ello me decepcionó y quizás me hizo sentir un poco inferior, las matemáticas fueron mi mayor pesadilla en la escuela. Bueno, los números en general.
— Uh, se me dan fatal esos.
Alzó las cejas.
— Asumo que por eso no estudias nada relacionado.
— Sí.
— ¿Qué hay de tus relaciones pasadas?—preguntó. Parecía curioso por el tema.
— ¿Qué es lo que quieres saber?
— ¿Terminaron mal?
Hice una mueca y asentí.
- ¿Qué es lo tan terrible?—se burló.
— Engaños, mentiras y errores por ambas partes.
Su expresión estaba seria.
— Pero no es para tanto, te pasa por ingenua.
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Los Corazones Rotos De Zoe ©
RomanceZoe tiene una larga lista de decepciones amorosas por contar, y pretende reflexionar sobre ellas durante la tarea que le encomendó su psicóloga: Escribir para dejar ir. Recordar será como desenterrar el pasado y abrir heridas viejas, pero ayudará a...