𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐈𝐈𝐈

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- El plan es el siguiente – susurraba James a sus amigos – Peter, tú te encargas de que la habitación este decorada – el rubio asintió – Silena y yo vamos a por la tarta a las cocinas.

- ¿Tarta? – preguntó la pelirroja.

- He conseguido ese pequeño favor, que puedo decir, los elfos me adoran – respondió con altanería el chico ganándose un golpe en el brazo por parte de la chica – Auch – la fulminó con la mirada.

- Esta bien, ¿Y Remus? – habló esta vez el chico.

- Rem estará con Sirius en la biblioteca – tanto la pelirroja como el rubio lo miraron incrédulos – Remus le arrastrará allí.

- Aaah – dijeron a la par entendiendo que hacia el azabache en aquel lugar.

- Obviamente no iba a ir por voluntad propia – se rio Silena – Bien, Peter, luego llevo el regalo a vuestra habitación, encárgate de esconderlo bien.

- Yo me encargó – dijo con emoción.

- ¿Se puede saber que están maquinando? – los pequeños se giraron y vieron a McGonagall quien tenía una ceja alzada expectante de su respuesta.

- Hablamos sobre el trabajo de herbología – respondió rápido Silena.

- ¿Ah sí? – preguntó la profesora desconfiada.

- James y Peter van muy mal y me están pidiendo ayuda – explico con seriedad mientras negaba con la cabeza fingiendo decepción por la ineptitud de sus amigos, quienes no tardaron en sentirse ofendidos.

- Esta bien, les creeré – los chicos se relajaron de inmediato – pero tienen clase y no querrán llegar tarde – dijo esto último mirando a los muchachos.

- Por supuesto que no profesora, muchas gracias por recordarnos la hora, nos habíamos despistado, si nos disculpa, nos dirigiremos a nuestra clase de Defensa Contra las Artes Oscuras – habló galantemente la pequeña haciendo un leve gesto con la cabeza para después empezar a andar seguida de sus compañeros.

- ¿Qué ha sido eso? – preguntó James estallando en carcajadas.

- Las clases de etiqueta que me obligaron a tomar – habló con fastidio – siempre uso estas cosas antes de que me castiguen o riñan, sirven muy bien para escaquearse – explicó entre risas. Los tres niños se encaminaron a su clase entre risas y bromas, y completamente listos para la fiesta que tendría lugar esa noche.


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- Que envidia, yo también quiero ir a una fiesta de chicos – habló Marlene desde su cama.

- Yo no, debe ser horrible y, además, va contra las reglas – le recordó Lily a su amiga.

- Bueno chicas, tranquilas. Marls, cielo, no pasa nada, el próximo año te invitarán, me encargaré personalmente, te lo prometo – la rubia sonrió – Lily, mi amor, confía en mí, ¿sí? – la pelirroja hizo una mueca y asintió a desgana – Gracias – miró el reloj – aún me queda un ratito, pero iré bajando, no quiero hacer esperar a James y que me lo recuerde durante el camino.

𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍𝐁𝐎𝐑𝐍 || 𝓙𝓪𝓶𝓮𝓼 𝓟𝓸𝓽𝓽𝓮𝓻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora