Capítulo 6

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Cuando llego a la escuela, estaciono mi bicicleta y me dispongo a caminar por los pasillos. Todos chocan contra mi cuerpo en el camino hacia el casillero, qué más puede esperar alguien tan pequeña como yo. Un libro cae cuando lo abro, me agacho a recogerlo en el mismo momento en el que un grupo de imbéciles pasa frente a mí.

-Tú libro se deshizo.- habla uno de ellos con burla al ver que algunas hojas se han salido.

-¿En serio?- digo con ironía.

-Sí, debió haber visto tu cara.- estalla en carcajadas con sus amigos.

Mientras se aleja, gira a mirarme con preocupación y algo de arrepentimiento. Lo conozco, lo curioso es que él, Steve, me desea secretamente.

Los atletas siempre quieren chicas raras. Chicas con bordes ásperos, calzado sintético y maquillaje gótico. Chicas que tocan el chelo y leen a Max Whinnie, y que quieren ser hijas de bibliotecarias cuando crezcan.

Oh sí, ellos ciertamente disfrutan eso. No lo admiten porque se supone que deben gustarle las perfectas porristas, como mi amiga Leah, a quien por cierto le gustan los maestros y en este instante está hablando con uno acerca de fotografías. Lo divertido es que a ella le importan un bledo las fotografías.

JunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora