Capítulo 27

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Escapo con prisa de la casa de los Loring, sujetando mi vientre pesado y luchando contra las lágrimas, apenas puedo adivinar con qué llave abrir la camioneta azul. Pero en el momento en el que introduzco mi redondo cuerpo dentro del automóvil y lo enciendo rápidamente para dejar el lujoso vecindario, todo la tensión y la inestailidad emocional por el embarazo logran que llore como nunca he llorado antes, ni siquiera cuando mamá se fue de casa.


Para evitar un trágico accidente , detengo el vehículo al lado de la carretera, donde por fin puedo soltar todo con fuerza y sin la preocupación por no estrellarme contra un poste. Froto mi vientre con nostalgia mientras rebobino la discusión entre Vanessa, Mark y yo. Es increíble que los adultos se compliquen tanto la vida y nunca puedan mantener algo por siempre, ¡quién los comprende! Me digo a mí misma que es una estupidez desconcertarme por ello, simplemente debo dejarlo pasar, tal vez dentro de poco todo volverá a estar bien. Con eso en mente, vuelvo a conducir más tranquila y aliviada.


***


Estoy recostada en el capó de mi Previa azul, contemplando mi desgraciado futuro y apreciando el cielo negro cubierto de nubes porque el maldito invierno no deja ver ni una mísera estrella. Y de pronto viene a mí, la idea más fantástica que se le pudo haber ocurrido a alguien en la historia, UNA CARTA.


Con algo de esfuerzo, me levanto y voy dentro del auto. Entre los asientos traseros llenos de vasos de slushies vacíos y bolsas de palomitas, encuentro un recibo de compra de Jiffy Lube hecho bolita. Lo desdoblo, intento alisarlo un poco contra el timón y cojo un lapicero, lista para escribir.


***


LOS LORING


Vanessa está sentada en la costosa mesa del comedor de su casa, bebiendo de una copa de vino con los recuerdos drenándose en su mente. Después de un rato, Mark baja al primer piso de la casa.


-Llamé a Gerta Rauss, ella dice que puedo representarnos y asesorarnos a ambos. Lo llaman "divorcio colaborativo", aparentemente es una moda ahora, y es más sencillo porque no tenemos hijos de por medio.


-Está bien. Gracias por hacer la llamada, supongo.- dice con una triste sonrisa. Mark asiente y se acomoda en el asiento frente a ella.- ¿En realidad estamos haciendo ésto?

é

-Parece que sí.


-Has encontrado algún lugar donde quedarte?


-Sí, en la ciudad.


-¿En un hotel?


-No, en realidad ya tengo un apartamento.-admite, recordando habérselo mencionado a Juno horas antes.


-Así que ya lo tenías arreglado...- supone ella con sorpresa. Mark tan solo asiente y suspira.- Deseaba tanto un bebé, no tienes idea de cuánto.- se lamenta con su cabeza enterrada entre sus manos con pesadez.


-Lo sé, lo sé.- él se siente culpable, pero ya no hay nada que pueda hacer para remediarlo.


De pronto un fuerte golpe en la puerta se oye y ambos van hacia la puerta principal algo preocupados, porque a esa hora las visitas no son nada comunes. Mark abre y a sus pies encuentra una hoja doblada de papel; cuando levanta la mirada, logra ver como un viejo Previa azul desaparece por la calle a velocidad, solo conoce a una persona con ese auto: JUNO. Con cuidado desdobla el pedazo de papel, el trabajo es algo difícil por la gran habilidad de Juno en el origami.


-Vaya, parece que tenemos un recibo de Jiffy Lube.-dice confundido. Vanessa quita el papel de sus manos para ver lo que hay escrito al otro lado del papel y examina con cuidado cada una de las palabras-


-Es para mí.


Soy una m***** de "escritora", lo sé, solo espero no perder a los pocos lectores que tengo porque en serio hago lo que puedo y... ¿no les indigna que hayan historias con pésima ortografía, hechos repentinos y sin sustento, sin embargo, con miles de votos por capítulo? A mí sí :(

JunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora