Capítulo 9

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Había conseguido cambiar algunas cosas, pero al mismo tiempo arruinó otras. En resumen, todo era un caos y aún hay mucho trabajo por hacer. Fue arrestado y tratado como a un criminal luego de que Kazutora lo ayudó a escapar. En esta realidad, sin quererlo se había convertido en su peor versión de sí mismo. Pero todavía no conseguía salvar a Hinata, ni a Mikey, ni a nadie. Su corazón se hallaba roto en mil pedazos luego de que Naoto Tachibana le mostrara un video aparentemente grabado por Chifuyu en donde le queda claro que había sido él el responsable de la muerte de su amada —de una manera indirecta—. Mismo futuro en que Kei Kurobane era aún más caótica, incluso trabajando junto a Kisaki para asesinar a Mikey. Posiblemente el motivo de su desaparición era para huir de la asesina a sueldo.

—Sobre Kurobane Kei, ¿tienes alguna información? —se atreve a preguntar Takemichi.

—Nunca ha sido vista por agentes de la ley —responde el oficial—. Es hábil, igual que Kisaki o Mikey. Pero algo que descubrí hace años es que tiene una hermana que se encuentra desaparecida. Hay un informe policial en su búsqueda pero incluso hasta ahora no hay novedades; su caso se cerró hace nueve años.

—¿No pudieron hallar alguna pista?

—No, nada. Los oficiales que seguían su caso estaban seguros de que la Yakuza tenía algo que ver; existe la posibilidad pero no lo veo probable —hizo una pausa—. Y con respecto a Kurobane Kei, tengo la teoría de que se unió a la mafia y a Kisaki para averiguar algo de su hermana, saber si está con vida o no.

Naoto hace una pausa larga analizando las preguntas y las posibles intenciones de Takemichi, mientras él lo observa esperando lo que sea que le fuera a decir.

—¿Crees que ayudarla beneficie en algo el futuro o salvar a mi hermana? —pregunta el policía.

—No lo sé, pero lo voy a intentar.




—No lo sé, pero lo voy a intentar

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—¿Taiju ya volvió?

Kokonoi la observó un par de segundos en silencio, luego baja la mirada asintiendo. Kei no tiene una buena relación con el décimo líder de Black Dragon, para ella, nadie podrá reemplazar a Shinichiro. Taiju aprovecha cualquier ocasión para sacarle en cara que él es el actual líder.

—Infeliz. —murmuró.

El pelinegro se gira bruscamente hacia ella y amenaza con abofetearla. Ella lo observa en silencio, mientras regresa en sí y baja la mano rápidamente. Kokonoi le da la espalda y camina unos pasos lejos de ella.

—Sabes que no puedes hablar así de Taiju. —le dice.

—Él no está aquí. —responde Kei.

—Es lo mismo.

—Ni siquiera soy parte de Black Dragon. —recordó.

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