—Así que, ¿realmente quieres unírtenos? Si te retractas, olvidaré todo y te dejaré libre —propuso, succionando el cigarro que tenía en la mano izquierda; "Pecado".
—De esa manera lo exigió tu rey—contestó, Hanma rió en voz baja—, de alguna forma esto nos favorece a todos. Quieras o no, debes incluirme en Valhalla y dejarme ser la segunda al mando contigo.
El contrario soltó una carcajada, en donde expulsó el humo almacenado en sus pulmones directo al rostro de ella, causándole una molesta tos a la joven.
—Bienvenida a Valhalla, Kei Kurobane.
Ella le dedicó una sarcástica sonrisa antes de levantarse de esa pila de chatarra en donde estaba sentada, dispuesta a marcharse.
—Espera —la interrumpió, entonces Kei se detuvo—, una cosa más.
—Te escucho.
—Un pajarito me contó que en tu clase hay una rata de ToMan —habló—, no estás planeando traicionar a Valhalla, ¿o sí? —acercó su mano derecha al mentón de ella, "Castigo", acariciando su mejilla con el pulgar.
—No tengo nada que ver con ellos, Hanma —respondió—. Ni siquiera sé quién es.
—Bien —tiró bruscamente de su mentón, acercando su rostro al suyo—. Si haces algo a nuestras espaldas, te juro que a la mañana siguiente lo único que quedará de ti será tu cuerpo junto a la basura.
Ella hizo un gesto con su nariz, indicando asco hacia su asqueroso aliento a cigarrillo. Al darse cuenta, él le enseñó una completa sonrisa.
—Como digas, Hanma —respondió al fin, el otro rió en voz alta.
—Por favor, linda. Dime "Shuji" —agudizó la voz en un intento de imitar la de ella, y se alejó—. Nos vemos el treinta y uno de octubre, no te despegues de mí. Si lo haces, sabré que nos estás traicionando.
Veinticuatro de octubre de dos mil cinco, siete y cuarenta y cuatro de la mañana. Quedaba exactamente una semana para el encuentro entre dos importantes pandillas japonesas: Tokyo Manji y Valhalla, cuyo encuentro marcaría un antes y un después en la historia de las pandillas.
Desde el inicio de esta era, solamente eran los hombres quienes tenían el control de las bandas de motociclistas, y todos sus esbirros también eran hombres. Si alguna mujer era miembro de una pandilla, incluso teniendo un alto cargo, todo el grupo se convierte en el hazmerreír de los demás, y jamás llegara a ser próspero. Eso lo sabía Shuji Hanma. Hasta que, ahora, una mujer sería la número dos de una pandilla grande, causando dudas en él.
Fue Tetta Kisaki quien lo convenció de que Kei sería útil para Valhalla, que se lo dijera él mismo hizo que Shuji cambiara rotundamente de opinión y estuviera dispuesto a seguir su juego. Algo maravilloso estaba planeando, y no saber qué es le emocionaba aún más. Sin embargo, eligió una condición para su payaso favorito: que ella debía usar una mascarilla y capucha, condición a la cual Kei y Tetta estuvieron totalmente de acuerdo.
Ella se dirigió a paso lento a la escuela, al ir retarda no podía hacer nada más. Saludó al portero con una sonrisa, quien le recordó amablemente que hace media hora habían comenzado las clases. Se cambió los zapatos y subió las escaleras a su salón de clases, recibiendo un pequeño regaño por parte de su maestro. Finalmente tomó asiento en su lugar.
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Heathens › Mikey.
Fanfic⠀⠀⠀⠀⠀⠀Heathens ⠀⊳⠀ En las sombras de Tokio, Kei Kurobane, atormentada por la desaparición de su hermana tres años atrás, emprende una peligrosa búsqueda de la verdad. La tragedia se entrelaza con la historia de Manjiro Sano, líder de una pandilla qu...