Pijamada con la PM

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Advertencias: Ninguna, solo ocurren cosas por conveniencia del guión.

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~•~

—Nos quedamos encerrados— dijo el jefe.

Un corte de electricidad en toda la ciudad también afecto a la Port Mafia. Los elevadores no funcionaban y las escaleras del piso ejecutivo estaban bloqueadas, ya que todas las puertas eran electrónicas.

—¡Romperé la maldita seguridad!— gritó el de sombrero.

—Solo serán unas horas, no hay necesidad de dañar el edificio.

Nadie veía nada, el jefe los había llamado para justamente avisar sobre el evento pero lo hizo muy tarde. Sus persianas no podían levantarse ni para usar la luz de la luna.

—Todos ustedes son inútiles— la niña rubia apareció cargando una vela.

Kōyō cerró la puerta detrás de ustedes—. Entonces nos quedaremos con el jefe para cuidarlo, hoy podría haber un ataque.

—Apoyo la idea— dijiste con prisa, aunque todos sabían que se debía a tu miedo por la oscuridad.

—¡Una pijamada!— gritó la rubia.

—No es una pijama— dijo Tachihara irritado, pero al recibir una queja por parte del jefe reivindico su respuesta—. Amo las pijamadas.

—Seguramente has ido a varias— respondiste recibiendo un codazo por parte del joven.

—Siéntense todos, mi pijamada será genial— exigió la rubia.

Al final Kōyō terminó sentada en el sofá junto a Hirotsu y Gin, mientras que Chuuya y Akutagawa estaban de pie junto al escritorio del jefe. Tú, Tachihara, e Higuchi se relajaron un poco sentados junto a la niña de ojos azules.

—Cuéntenme un secreto— habló llamando la atención de todos—. Eso se hace en las pijamadas.

El de ojos amatista cruzó las manos asintiendo—. Mi linda Elise-chan tiene razón.

—Confieso que me gusta más apuñalar que disparar— dijo Tachihara.

La menor puso los ojos en blanco—. No son esa clase de confesiones. Díganme quién les gusta de ésta habitación.

Un silencio incómodo reinó hasta que su dedo apuntó a el pelinaranja, claro que costaba ver por la pequeña vela, pero era evidente su sonrojo.

—Nadie— afirmó Chuuya.

—Si tuvieras que besar a alguien de aquí, ¿a quién sería?— preguntó Tachihara.

—A una mujer— eso causó tu risa—. ¡Cierra la boca, maldita!.

—¿A ella?— preguntó Elise.

—Cualquier mujer— carraspeó tratando de desviar la tensión—. En caso de ser hombre, supongo que Akutagawa no es tan raro, pero Tachihara estaría más dispuesto si fuera por una misión.

—Si es por una misión, puede besarme, o hasta golpearme— aclaró Ryunosuke con un tono muy serio.

—Estás descartado, si eres jodidamente raro— finalizó el de ojos zafiro.

—Ya entienden el juego, pequeños tontos— la niña soltó una risita—. Sigues tú, tétrico.

—Nadie, si fuera por una misión no me importa, pero de ser distinto, los mataría— tosió levemente.

"Raro" fue lo que todos pensaron.

—Rintarō da asco, nos lo saltamos— sonrió al ver el rostro del mayor afligido—. ___, sigues tú.

—Cualquiera, no le veo problemas— tu voz era tan serena que impacto a Nakahara.

—¡Estás muy dispuesta! ¿Incluso a mujeres por la misión?.

—No necesita ser para una misión, pero personalmente serías el primero— alzaste los hombros.

—Tachi-tonto, eres el siguiente— exclamó el diablillo.

—A ver, ____ me agrada así que a ella, Higuchi es algo linda, y Chuuya-san podría darme dinero— vaciló un momento—. Esas son mis opciones.

—Tú tendrías que pagarme— comentó Chuuya.

—¿Y tú?— se inclinó a Higuchi.

—De ser por el bienestar de Akutagawa-senpai lo besaría— mentía—. Aunque Gin tiene una voz linda...

—¡Aleja tus sucios pensamientos de Gin!— Tachihara la amenazó—. No la incluí porque me mataría si le robó un beso, pero no significa que puedes tomar un turno que no te toca.

Ambos se paralizaron cuando Akutagawa tosió nuevamente.

—¿A quien besas, Gin-chan?— te dignaste a preguntar.

—B-bueno, yo nunca pensé hacer eso dentro de la mafia— una angelical voz sorprendió hasta al mismísimo jefe—. Creo que a tí.

—Akutagawa, si no quieres verme en tu casa, deberás matarme— tus ojos se clavaron en joven pálido.

—Es algo que estoy dispuesto a hacer— respondió el de puntas blancas que prácticamente hizo aparecer su habilidad para infundir miedo.

—Basta, o Rintarō los matará— la de vestido rojo gateó hasta Kōyō— ¿A quien besaría?.

—La mayoría son jóvenes, no puedo hacer algo así— era verdad que no era una flor de la juventud, pero aún así era menor que Mori.

—Soy mayor de edad— se escuchó decir a Tachihara antes de ser pateado por Nakahara.

—Nadie, ni siquiera al jefe, prefiero coserle la boca— aclaró la de kimono.

Elise se carcajeo alegre—. Me agradas, señora. Y por último el hombre mayor.

—Me reservo a decir que ninguno, todos son demasiado jóvenes para mí, podrían ser mis nietos— cubrió su rostro casi enojado por la pregunta.

Antes de hacer otro juego la luz hizo presencia en el edificio.

—Ningún ataque sorpresa para el jefe, que tranquila noche— la de traje te ayudó a ponerte de pie.

—Fue agradable escucharlos conversar, pueden retirarse a sus obligaciones.

Todos salieron, menos la rubia que apagó la vela con sus propios dedos.

—Entonces, ¿Soy el primero de la lista?— cuestionó Chuuya.

—Claro, incluso si tuviera una lista en general, estarías a la cabeza— narraste sin pudor.

—Idiota— susurró antes de apurar el paso evitando que vieran sus orejas rojas, y lo hizo logrando encerrarse en su oficina.

—Idiota— susurró antes de apurar el paso evitando que vieran sus orejas rojas, y lo hizo logrando encerrarse en su oficina

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Notas:

Hice pequeños escenarios para las organizaciones, Karaoke con la decadencia, fiesta con la ADA, cocinando con Guild y ahora éste, solo me faltan los perros de caza.

¿Vieron que Akutagawa volvió? Dios mío, me sentí triste pero es muy hot.

𝐁𝐮𝐧𝐠𝐨𝐮 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐲 𝐃𝐨𝐠𝐬 𝐓𝐡𝐞 𝐭𝐲𝐩𝐞 𝐨𝐟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora