𝗣𝗮𝗽𝗮́ 𝗦𝗵𝗶𝗺 ⟣ 𝗝𝗮𝗸𝗲𝗛𝗼𝗼𝗻 ⟢

🎀 : 𝖣𝗈𝖼𝖾𝖺𝗏𝗈 𝖣𝗂𝖺

¿Qué éramos tú y yo antes de todo esto?

Solo inexpertos en el amor. No conocíamos nada acerca de ello,  sin embargo, nos enamoramos. No sé cómo fue, solo me sentí feliz estando cerca de ti, completo, como si una parte de mi regresara.

Así que lo supe.

Eras para mí y yo era para ti.

Cuando te vi por primera vez entrando a la empresa te dije que no me interesaba el baile y que ningún 'niñato' me iba a enseñar. Pero me callaste la boca. Fui un alfa muy insolente y estúpido que solo crítico.

Cuando te vi bailar y esforzarte por llevarte con los demás supe que eras especial. Tu sonrisa resplandecía cuando hablabas con el equipo.

Siempre tuviste orgullo de ti mismo por ser el primer omega en una empresa llena de alfas. Siempre demostrarte emoción. El coreógrafo enfermo y tuve que ensayar junto a ti, al principio no me agradaste, siempre andabas muy cerca de mí y me desagradaba. Llegué a pensar que tu olor no era nada agradable y llegué a detestarlo.

Pero sabía que te amaba. Que aquellas eran señales de mi lobo.

Porque siempre me desgarraba el alma saber que tenías una cita o hablabas con alfas, con alguien que no fuera yo. Fui posesivo, pero quise hacer las paces gracias a que ya me encontraba demasiado enfermo.

Así que fuiste mi penicilina.

Y gracias a que pensé que este era un falso amor. Eso era una idea errónea.

Solamente fuiste la otra mitad de mi balancín.

Nos tomamos de la mano por primera vez en la cocina de tu departamento, fui a disculparme.

─ Lo siento...debí saber aquello.

Vi por primera vez tus ojos llorosos y aún más me sentí derrumbado.

─ Solo no me dejes, porque moriremos. Porque el balancín se derrumbará, porque la penicilina no servirá, porque las promesas se romperán, por favor...

Así que supe que eras mi destino y que no podría vivir sin ti, porque en cuestión, estaría incompleto.

─ Yo también te amo.

Así que perdóname. Pero no me dejes solo. No en este frío invierno.

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─ Llegaré en la mañana ¡Mira donde estoy bebé! En el aeropuerto de Los Ángeles. ¡Algún día te traeré acá! Por cierto, te tengo muchos regalitos. Te he extrañado tanto mi precioso cachorrito. ─ SungHoon le mostraba el aeropuerto. A JungWon le encantaban los avioncitos de juguete así que brincó de su silla feliz.

─ ¡Wow! ¡Pá! Eshtan pleshoshos quiero il a los angelos! ─ contestó feliz y emocionado.

─ Hola amor. ─ Jake se sentó junto al pequeño y vio como su omega lucia cansado, sin embargo, mostraba una gran sonrisa. ─ JungWonnie y yo te tenemos una sorpresa amor.

SungHoon sonrió. ─ Hmm ¿Qué será?

─ Bueno, son dos. ─ el moreno le miro pícaro. ─ Creo que la última será la mejor parte...

SungHoon se sonrojo y rio.

─ Bueno, estaré esperando, alfa.

─ ¡JUNGWON CREO QUE TENDRÁS OTRO HERMANITO! ─ Jake soltó con felicidad.

SungHoon negó y se rio una vez más. ─ Alfa tonto.

─ Así me amas. ─ contestó.

─ Claro. ¿Lo sabes?

─ Lo sé.