take me to church | Harry y Ginny

at least i'm trying

Comenten mucho, por fi :(

.

Me dijeron que todas
mis jaulas son mentales
Así que me desperdicié como
todo mi potencial
Y mis palabras disparan para matar cuando estoy enojado.
Me arrepiento mucho de eso
Estaba tan cerca de la curva,
la curva se convirtió en esfera.
-this is me trying

♡

-¿¡La tía Marge?!- Ben grita. Harry asiente con actitud miserable. Están sentados en el suelo sobre la alfombra peluda. El moretón de Ben ya casi ha desaparecido por completo, aunque Harry sabe que hay moretones internos que no desaparecerán nunca.

-Si. Se quedará por unos días y traerá a su odioso perro.

-Pero, pero...

-Cada vez que viene, vamos todos los días a esa maldita iglesia. Siempre está recordándole a mis tíos los millones de problemas que he causado. La última vez que vino, me puso un collar de ajos.

Ben frunce el ceño y ladea la cabeza.

-¿Qué?

-Lo sé- Harry se ve irritado y complacido porque alguien esté igual de perdido que él.

-Los católicos son raros.

Harry resopla una risita baja, con los ojos fijos en la alfombra- El eufemismo del año.

Ben hace un puchero al ver la postura triste de Harry.

-Oh, pobre bebé.

Harry permite que Ben lo rodee con los brazos y plante un beso en su mejilla. Ambos sonríen con suavidad. La habitación de Ben era su lugar seguro, su escondite del mundo. Allí no habían ni tíos, ni magia tenebrosa, ni odio. Solo estaban ellos dos. La mano de Ben le peina el flequillo.

-Me gusta mucho tu pelo. Este corte te queda bien- admite. Harry lo mira y hunde su propia mano en los rizos rubios.

-A mi me gusta más el tuyo. Es más brillante. El mío es demasiado opaco.

-Retráctate. Es hermoso, esponjoso y suave- frunce los labios con fingido enojo- Cállate, Harry, tú no sabes nada de cabello.

A Harry se le escapa una risa cantarina y Ben sonríe, encantado, ahora peinándolo con dos manos.

De repente, ambos se encuentran con las manos del otro en su cabello y riéndose como tontos.

-¡Me lo estás despeinando!- se queja Harry entre carcajadas. Ben abre la boca con indignación.

-¡Creéme, ya lo estaba! ¡te estoy peinando!

-¡Mentiroso!- Harry se ríe, ahora haciéndole cosquillas en el cuello, porque sabe que Ben no las soporta.

-¡No!- chilla él. Harry se detiene después de unos segundos, está arrodillado, un poco por encima de Ben. Lo mira con un sonrisita mientras Ben trata de dejar de reír.

-Te quiero, Ben- murmura de repente, sin haberlo pensado. Ben se detiene y lo mira a los ojos. El corazón de Harry se acelera.

Y luego sus manos están en la cara de Harry y lo está besando.

Por muchos que hayan sido los besos que hayan compartido las últimas semanas, ninguno de los dos había sido demasiado atrevido. Normalmente, siempre habían sido castos y suaves, rápidos y furtivos. Siempre estan aterrorizados de que entrara alguno de los padres de Benji a pesar de que están seguros de que al menos la señora McCowell sospecha algo y no tiene problema. Y Benji jamás lo llevaba demasiado lejos con miedo de asustar a Harry de nuevo, siempre dejaba que Harry se separara cuando quisiera y dejaba que determinara el ritmo. Pero hoy, estaban solos en casa y Harry ya no estaba asustado.