CAPITULO 9
El asuntó de Ricardo había ocupado buena parte de sus pensamientos los últimos dos días. Habían sucedido tantas cosas en su vida, que sería un error afirmar que un hombre como él no era capaz de convertirse en la persona que Erick le había descrito. Aun así, el ser consciente de que prácticamente Ricardo Calderón sería recurrente en su vida, la inquietaba. Fue grande su sorpresa cuando Erick llegó con la noticia de que había aceptado que su hija participara en el taller. “Deja de pensar tanto las cosas”, se reprendió a sí misma.
- ¿Así está bien mami? – la voz de Helena llamó su atención. La niña colocaba chispas de chocolate sobre la superficie tersa de un pastel del mismo sabor. A su hija menor le encantaba acompañarla y ayudarle a cocinar, claro, dentro de lo que podía hacer una niña de 5 años. Cocinar relajaba a Betty y hacer un pastel de chocolate era el remedio casi perfecto para dejar de darle vueltas al asunto de Ricardo.
- Quedó perfecto amor – respondió Betty. – Eres la mejor ayudante – Helena sonrió alegre y corrió hacia la sala, en donde estaban Erick y Valentina. “Ya está listo el pastel!” anunció la niña. Betty entró detrás de ella aun con el mandil puesto. – Primero vamos a comer. – indicó.
- ¿Podemos probar un poquito? – pidió Vale viéndola con ojos de cachorro. Betty negó con la cabeza. – Por favoooor…- secundó Helena juntando sus manos. – Mi papi también quiere, ¿verdad? –
- Papi también quiere – contestó Erick sonriendo de medio lado ante la mirada de desaprobación de Betty.
- ¡Ya sé! – exclamó Vale – ¡Hay que votar! ¿Por probar el pastel antes de comer? - Tres manos se levantaron. –
- ¡Ok, ok! – repuso Betty – Esto es un complot, trio de tramposos – Los cuatro se encaminaron a la cocina, las niñas se adelantaron, así que ella aprovechó para detener a Erick. – Te toca limpiar la cocina y lavar los platos, traidor – Erick rió.
- Todo sea por una rebanada de pastel! – contestó, uniéndose a las niñas.
Tal como sabía que iba a suceder, una probada de pastel terminó en comerlo casi por completo. No podía quejarse porque ella también participó.
- ¡Sonrían! – Erick estaba listo para tomar una selfie. Las niñas rápidamente se acomodaron, de manera que el pastel a medio comer fue el protagonista de la imagen. – Ven – acercó a Betty hacia él y tomó la foto justo cuando le dio un beso desprevenido en la mejilla – ¡Perfecta! – exclamó enseñando la fotografía a sus mujeres. Era una lida foto.
- Bueno, ahora se me antoja ver… Toy story! – anunció Betty, sin esperar un momento, Vale y Helena corrieron a la sala y encendieron el televisor. - Tú te quedas aquí, tienes mucho quehacer… - le dijo a Erick guiñando un ojo.
- Pero es mii favorita – protestó él.
- Lo siento mucho mi amor, ‘todo sea por una rebanada de pastel’ – lo imitó y fue con sus hijas. Nada mejor que ese tipo de momentos simples y cotidianos. El asunto de Ricardo Calderón se había esfumado, por el momento.
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Ricardo estacionó el auto lo más rápido que pudo. Hace media hora recibió una llamada del colegio de Lucy. “Hubo un percance, necesita venir de inmediato. No se preocupe, su hija está bien”, fue la única información que recibió. Sin dudarlo dejó todo y se dirigió hacia allá. Fue directo a dirección a pedir informes, una de las profesoras lo hizo pasar a una pequeña sala y un par de minutos después, entró con Lucy de la mano. La pequeña tenía los ojos hinchados por haber llorado y aún se percibía un brillo de tristeza en ellos, en cuanto lo vio corrió hacia él. Ricardo la acogió en sus brazos y la niña al sentirse segura, comenzó a sollozar de nuevo. “¿Qué pasó, amor?” Preguntaba Ricardo suavemente mientras acariciaba su espalda dándole consuelo. Lucy no respondió solo se abrazó más a él, lo que lo hizo alarmarse más.
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Betty en NY Aquí está mi amor
FanfictionQuitando los últimos episodios. Armando decidió casarse con Marcela. Lo mejor para Betty era que su vida tomara un rumbo nuevo, lejos. No sentirse acorralada entre dos opciones, debía haber más que eso y estaba dispuesta a descubrirlo.