𝐈𝐕

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Una cita romántica

Tras la reunión que tuvo con Mckenna,iba más enserio con el problema de autoproclamarse emperador.No iba a permitir que su amada fuera menospreciada,que abandonara sus sueños de la infancia por algo que ella no eligió.Ella no eligió enamorarse de él,ni él de ella.Fue todo obra del destino.

Suponía que la reina se encontraba en su despacho aún.Conociéndola,adicta al trabajo y haciendo todo lo posible por ser la mejor.

¿Cómo era posible amar tanto a alguien?
¿Quién era ella para robarle el corazón tan rápido?

Tocó la puerta del despacho,no hubo respuesta.Lo hizo por segunda vez y tampoco hubo,a la tercera abrió la puerta directamente.

La encontró dormida sobre su escritorio,con una pluma aún en mano y papeles a su alrededor. Caminó sigilosamente hasta llegar a ella,no quería despertarla aún,no aún.Acarició sus mejillas y su cabello,era muy hermosa.La mujer más hermosa que vio en toda su vida,la única en su vida.Ojeó los documentos de los que estaba encargando antes de caer soñolienta,era el problema de la presa.El que todos los años se repetía,parecía estar escribiendo una respuesta,con curiosidad cogió el papel y le echó un vistazo.

Explicaba que intentaría buscar una solución a este problema lo antes posible y que sus poderes mágicos de hielo eran inútiles considerarlos. No podría soportar la carga y podría quedar en coma por la fatiga,por poder lo podría hacer pero habían muchos riesgos que analizar antes.Dijo que no.

La miró otra vez,dormía plácidamente.

"Tanto trabajo y presión debe estar dejándola exhausta"

-Mi reina.-dijo con un tono de voz bajo para no alarmarla.-Es hora de despertarte,tengo una sorpresa.

-¿Hm..?-abrió los ojos lentamente y se sorprendió tener a Henrey delante.-¡Henrey! Me he quedado dormida,lo siento mucho.Es que estaba muy cansada y todo no podía...

-No pasa nada,lo entiendo.-la interrumpió.-Como dije,hay una sorpresa que te espera en el jardín,¿vienes conmigo?

-Está bien.

Fue lo primero que dijo y se dejó llevar por él hacia donde quisiera. Aún estaba un poco cansada a pesar de la pequeña siesta que tuvo,nunca le pasó algo así.Sabía que el trabajo de reina o emperatriz conllevaría cosas así pero le daba miedo cometer algún error.Ser repudiada por la gente.

Se dirigieron a los jardines y traspasaron varios laberintos de arbustos altos,hasta llegar llegar a una pequeña colina con un gran árbol en lo alto.En ese momento le pidió que cerrase los ojos porque o sino arruinaría la sorpresa.

Noto como la llevo en brazos y la soltó.

-Ya puedes abrir los ojos.

Era un pequeño picnic,seguramente cita.Con su típico mantel rojo y blanco de cuadros,la cesta de mimbre en el que había una botella de vino,platos con sus postres y aperitivos favoritos.En el medio había un gran ramo de rosas rojas,junto con una carta.

-Que bonito.-musitó sorprendida.

Él cogió el ramo y se lo dio.

-Esto es para ti mi reina,espero que te guste.

-Seguro que sí.-olió el aroma de rosas que desprendía,uno de sus favoritos. Luego,abrió el envoltorio de la carta y leyó el contenido de esta.

"Te entregó este ramo de rosas como prueba de mi amor eterno por ti.Un ramo con veinte rosas de verdad y una falsa porque,cuando todas se marchiten será cuando mi corazón por ti deje de later

-Henrey"

-Muchas gracias.-No hesito en abrazarlo fuertemente.-Te amo y te lo diré mil veces si es necesario.

-Yo también.

|•••|

Pasaron toda la tarde ahí charlando entre ellos,como si fuera la primera vez que se veían en años. Como si el amor entre ellos estuviera en su primera fase,aún floreciendo.

-Toma,son las mejores fresas de Occidente especialmente para ti mi reina.Se que le encantan.-le dio de comer la fresa,ella le dio un mordisco y se le iluminaron los ojos.

-Están riquísimas.-cogió otra del plato.-Pruébala.

-Ya las había probado,por algo son las mejores que existen.

-Cierto pero mira,mírame un momento Henrey.-se levantó y sentó al pie de la pequeña colina,después se deslizó y tumbó sobre el césped.

-¿Estás bien mi reina? Puedo llamar a...

-Relájate,tírate de la colina como si fuera un tobogán.Como lo he hecho yo.-pidió ella y él aceptó.Sus deseos eran sus órdenes.-Venga vamos Henrey.

-Voy.-repitió las mismas acciones que Aysel y sorprendentemente le gustó.

Cómo fue un principe desde que nació y no se llevaba muy bien con sus padres,nunca experimentó las cosas que los niños hacían normalmente y estaba seguro que una de ellas era esta.

-Solís hacer esto con mi padre en Oriente,cuando era más joven.

-Ojalá mi padre hubiera sido así conmigo,entonces nunca sabré cómo es tener una buena relación con tus padres.

-Henrey...

-Lo lamento mi reina,que mis recuerdos del pasado no afecten a tus palabras y estado de ánimo.-tomó su mentón y lo puso detrás de su oreja.-Mi pasado es difícil y me aseguro de algún día revelartelo pero no es momento aún.

-Entiendo pues ábrete a mi cuando te sientas preparado.-era comprensiva,no lo iba a forzar.- ¿Vienes a tirarte conmigo otra vez?

-Vamos mi reina.

|•••|

Al final de tanto cansancio les entró la sed y decidieron abrir la botella de vino de la cesta de mimbre,vertió hasta la mitad en las copas de ambos y bebieron juntos.

-Esto se siente como un cuento de hadas.-comentó.-Uno del cuál esperó no salir nunca si eso significa permanecer contigo.

-La única razón de existencia eres tú,la única mujer logró robarme mi corazón y que me alegro de haber conocido.

❝𝙁𝙞𝙧𝙨𝙩  𝘾𝙝𝙞𝙡𝙙❞ ✅ (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora