El otro lado de la historia

03: Secuestro.

Era algo básico para ella, tanto que le molestaba que le dieran ese tipo de trabajo. Aunque está de acuerdo que es la más capacidad para esta misión. Ella es neutra en desiciones y rara vez se deja llevar por sus impulsos. Es perfecta.

Quizás por eso es que varios de los villanos que estaban como alidos a la Liga eran leales. El simple hecho de recibir una mirada de ella, ya sea de gracia o desprecio, les aceleraba el corazón. Tiene los mismos rasgos de su madre, es esbelta, de tez clara y larga cabellera ondurada; además de esos profundos ojos verdes agua que deslumbraban igual que dos luceros en el mar.

Lo único de lo que estaba contenta era haber heredado una mutación del quirk de su madre, logrando perfeccionarlo. Ella no era estúpida, no como su madre. Ella buscaría la manera en estar en la cima, sin ayuda, sin utilizar a terceros.

Mira al raro cuerpo de aquel hombre escondido en las sobras, entiende que no muchas personas deben de conocer su identidad, pero realmente quisiera golpearlo ahí mismo, sacar sus sesos y darselos de comer al primer moribundo que encontrará. Él la veía menos, y eso era algo que no permitiría, al menos no por ahora.

[...]

Se enciende el televisor, dejando ver los minutos finales del Festival Deportivo de la U.A. donde colocaban las medallas a los tres primeros puestos. El primer puesto era el más tentador, un increíble quirk, un enorme ego y sentimiento de superioridad. El candidato perfecto, incluso Mei podía admitir eso.

- A ese. - Dice el cerebro de la Liga, mediante un partante oculto entre las paredes. - Necesitamos a ese de nuestro lado.

La mayoría asintió, mientras que Mei se dirigía a  la salida con su cola de cobra pegada a su cuerpo. Ella tendría que estar cerca de ellos para intervenir en cuanto las cosas salgan mal.

El resto la siguió, aunque ella terminó alejandose de un salto impulsado por su cola, para poder estar a una altura perfecta que le dejará ver más allá del limite.

- Reforzaron la seguridad de ese internado. - Comenta una vez parada en un tejado, manteniendo una buena postura. - Va a ser más difícil de lo que pensamos.

[...]

- Alerta roja. - Repetía constantemente aquella voz escandalosa mediante los parlantes de la U.A. El pánico era latente y los estudiantes empezaban a alborotarse, ¡Qué clase de broma era esa!

Periodistas entrando sin parar, acosando alumnos para que ten sus testimonios, mientras que los que llegaban a escapar de los periodistas eran atrapados por la multitud de gente aglomerada en las gradas o el patio principal.

¿Qué había pasado realmente?

Pues, alguien desintegró la puerta metalica de la entrada, esa gigantesca puerta llena de un montón de seguridad había sido hecha añicos sin provocar desorden poblacional, más en cambio, provocó el aumento de los periodistas.

Una de ellos logró interceptar a un alumno, un alumno lleno de nervios por las cámaras y las insistentes preguntas de la periodista.

- Se sabe perfectamente sobre el atentado que tuvó la U.A. hace unos días. - Empezó a hablar a la cámara, mientras que fuera de encuadre sujetaba la muñeca del alumno. Se gira hacia él, preguntando una vez más: - ¿Sabe quien era el villano que los ataco? ¿Saben por qué los atacó? ¿Hubo algún inflitrado?

- Y-Yo..

- Midoriya, no digas nada. - Ordena el maestro, caminando con rápidez hacia el muchacho. - Ve con tus compañeros, necesitan estar fuera de todo esto.

- Nos encontramos con un maestro de la famosa U.A. que hace nada sufrió un altercado con un grupo de villanos que ingresó a los establecimientos de la reforzada escuela. - Mira al maestro, acercando el microfono. - ¿Tiene algo que decir sobre eso?

- Sin comentarios, por favor, retirese del área.

Sus intentos por alejar a los periodistas de los alumnos eran inútiles, lo que divertía a Mei. Mientras ellos trataban de alejarlos, los integrantes de la Liga de Villanos entraron sin ser vistos, escondiéndose entre la multitud.

Estaba escondida entre las ramas de un frondoso árbol, buscando con su mirada al rubio de ojos rojos. Lo encuentra peleando con un pelirrojo de extraño peinado, mira primero al pelirrojo y hace una señal a sus compañeros; ellos salen corriendo, uno de ellos se duplica, rodeando a los dos chicos. Mei lo mira, sin pestañear, susurra un pequeño "Abajo" provocando que el Rubio cayera al suelo de rodillas. Una rubia de la misma tonalidad que el ganador, lo jala entre sus agujas y junto a Tomura lo llevan arrastrado hasta un portal escondido por parte de Kurogiri.

- Misión cumplida. - Dice saltando hasta quedar en frente del pelirrojo que estaba paralizado. Lo mira con detenimiento, para luego esquivar un golpe dirigido a ella. - Cobarde, no pudiste salvarlo. ¿No es una pena? - Pregunta mientras baja un poco sus lentes, mostrando sus verdes ojos y cae un mechón de su cabello. - Ahora, muere.

Dicho esto, suelta un extraño humo negro, que no paso desapercibido en el Colegio, rápidamente un montón de aspirantes y héroes empezaron a correr para lograr combatirla. Sonríe bajo su máscara cuando ve al Símbolo de la Paz llegando al rescate de su alumno.

- Me quedaría a escuchar tu discurso, pero ya tuve mucho de ellos. - Se impulsa con su cola, dejando anonadado al héroe número 1. ¿Por qué le había dicho eso?

Alejada del lugar, entra en uno de los portales que Kurogiri anteriormente había abierto en la espera de la rubia. Cae de pie a través del portal, dando la espalda a sus colegas para mirar a ese rubio cenizo de ruda cabellera. Frunce el ceño, acercándose a él para quitarle esas esposas raras que tenía.

- ¿Quién hizo esto? - Pregunta quitando sus guantes de escorpión de sus brazos, mostrando sus callosas manos; con cautela saca esas esposas y suelta un poco de su humo negro cuando mira los ojos del rubio. - No intentes hacer algo en mi contra, si suelto más veneno perderías fácilmente tu particularidad. - El rubio se contiene, mientras observa como simplemente le coloca unas esposas de policía. ¿A qué policia habían asaltado? Mei alza la mirada, y sutilmente habla: - ¿Cuál es tu nombre?

- ¿Por qué debería decirtelo?

- Porque estarás un buen tiempo aquí, no quiero llamarte rubio a cada rato. - El chico la ignora, esta bufa. Un pelinegro harto de tanto espectaculo, anuncia que lo llevará a una habitación para que se acostumbre a su nuevo hogar, mientras que los demás acordaban el plan B en caso los héroes vengan a buscarlo.

[...]

- ¡Hey, rubio! - Dice Mei, mientras entra a la habitaci{on en donde el rubio esta tirado en una cama. - Toma. - Le extiende una lata de té de limón frío, el contrario la coge mientras la mira de reojo. Su mirada decía perfectamente que desconfíaba en ella y en todos, sin decir palabras, entendía todo. Ella se sentía igual algunas noches de cielo despejado, o esos días donde el cielo esta nublado y el viento ruge con fervor. - A diferencia de lo que el resto piense, nosotros los consideramos humanos, pero son escoria.

- Bakugou.

- ¿Cómo?

- Mi nombre es Bakugou Katsuki.