Siempre tuya

¿Por Qué todo este cambio?

-Christian alguien nos puede ver- le digo en un jadeo, tiene mis pantalones abajo, está metiendo un dedo dentro de mi feminidad- ah

-Nadie va a venir nena-jadea- joder Ana, estas tan mojada- siento su erección, se baja la cremallera sacando su  miembro- Mira como lo has puesto

-Entra de una maldita vez antes que me arrepienta- sonríe victoriosamente. Saca de su bolsillo un condón, se lo pone y Entra en mí de golpe, sus embestidas son duras, me besa el cuello con pasión, aguanto mis gemidos para que nadie nos escuche. A los minutos siento aquella sensación tan conocida, grito de placer sin poder evitarlo, Christian me tapa la boca para luego derramar su líquido dentro del protector.

Con nuestras frentes juntas me dice

-Eso-jadea- fue magnifico

-Si- es lo único que puedo decir, mi corazón está más que acelerado

******

-¡Eres un exagerado!- me burlo de él mientras entramos a la sala principal de La Escala, me detengo cuando veo a Elena sentada en el sofá, frunzo el ceño

-¿Qué haces aquí?- le pregunta Christian

-Tenemos que hablar, es urgente- le informa levantándose del sofá, no me saluda ni mucho menos de dirige la mirada, por un lado lo agradezco no quiero fingir que me agrada.

-Espérame en el estudio- Ella lo obedece, él se acerca a mí- Nena, quiero que hoy duermas conmigo ¿Si?

-Yo me quería instalar en la habitación que me quede ayer- le digo, me toma del mentón

-Por favor Anastasia, ayer tuve pesadillas cuando duermo contigo sencillamente desaparecen- lo quedo mirando fijamente y sé que dice la verdad, asiento- Gracias- me besa castamente los labios para luego desaparecer por el camino que da a su estudio

*****

Me quedé  estudiando, aún no salen de su junta, me pregunto qué será lo tan urgente que estarán hablando.

-Anastasia- escucho la voz de Christian a lo lejos, me está buscando, me dirijo a su encuentro

-¿Qué sucede?- le pregunto cuando llego a su habitación

-Tenemos que hablar- Mamá cuando se enfadaba solía decirme aquella frase, yo temblaba entera, sabía que me había metido en algún lío y que ella estaba totalmente furiosa.- ¿Cuándo me iba a decir que estaba casado con la hija de una asesina?- su voz suena normal, pero es imposible que no me cause miedo, no quería que nadie se enterara de mi pasado, no sé si es por vergüenza, tal vez es porque sé que nunca nadie me va a comprender, todos me van a juzgar injustamente.

-Ella no es una asesina- le digo aguantando mis lágrimas, se cruza de brazos

-Entonces explícamelo

-La acusaron injustamente- mis lágrimas son derramadas- ella es buena, no es una mala persona

-Dime una cosa Anastasia- su voz es mucho más fría de lo normal- ¿Cómo sé que no me estas mintiendo? Tu perfectamente podrías  tener una carta bajo la manga, podrías querer quitarme mi fortuna- arrugo el entrecejo, siento como la rabia sube desde mis pies hasta mi cabeza, ¿Cómo se atreve a insinuar eso? Este hombre definitivamente no me conoce, no tiene la menor idea la mujer que soy, Jamás te tendería una trampa a nadie.

-¿Cómo puedes llegar a pensar eso?- le pregunto indignada, niego con la cabeza- En todo este corto tiempo no has aprendido a conocerme- abre la boca para decir algo, pero lo callo-  Nunca más en tu vida vuelvas a pronunciar algo así- y sin más me voy a la habitación furiosa.