ᨳㅤֶ֢ ㅤ۫ 𝐍𝐮𝐛𝐞 𝐝𝐞 𝐚𝐦𝐨𝐫 ᵎ

𓏲 ☁️﹕𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥 ˒˒

El gran plan de JeongHan consistía en invadir el apartamento de Joshua. Realmente no era más. Sabía que ese era el único lugar en el que no podría evadirlo y, mejor aún, del que no podría huir. Joshua se vería obligado a pisarlo en cualquier momento, por cualquier razón y, entonces, allí estaría JeongHan para golpearlo por ser, antes que nada, un completo cretino. Juraba que Joshua antes de siquiera poder explicarles las razones por las que no lo había querido encarar, tendrían su mano estampada en cada parte de su cuerpo de la cantidad de golpes que recibiría, porque estaba seguro de que así sería. Estaba molesto, indignado y con su lengua picándole por cada cosa que quería decirle aquel tonto, esforzándose por salir. 

Entrar al apartamento fue realmente fácil, ya que, como en la ocasión anterior, aquel chico, vecino de Joshua, se encargó de decirle a su novio que levantara aquella maseta para sacar de allí la llave de repuesto. Ahora sabía que su nombre era Chan, y que le caía mejor de lo que pensó. 

Le sorprendió demasiado encontrarse con el lugar hecho un desastre, y no se refería a cosas rotas o tiradas, nada de eso. Se refería a que era claro que Joshua no había organizado nada en aquel lugar por, al menos, unas semanas, pero lo que realmente le sorprendía en gran manera era el hecho de que su bonito chico no se permitía estar en espacios con ese aspecto. De hecho, cuando iba a su casa y entraba a su habitación, no dejaba de reprocharle el hecho de que no ordenaba y se disponía hacerlo por él mismo. 

Se retiró sus zapatos y tomó aquellas pantuflas que siempre estaban a un costado, también dejó su abrigo en el perchero y finalmente se dispuso adentrarse mejor en el lugar.

Realmente era un desastre todo allí, así que se apresuró a ponerse en marcha, esperando quemar también un poco de las energías que parecían contenerse en su interior, ansiosas y nerviosas por ver aquel chico de aspecto impresionante. 

Esa noche, porque lo era, eran alrededor de las siete; JeongHan ordenó tanto como pudo del desordenado lugar, limpió y también lavó algunos platos sucios en la cocina y, luego, sintiéndose más tranquilo con el aroma a lavanda de aquel aromatizador, se retiró a la habitación de Joshua, para esperarlo más cómodo. Allí se recostó sobre su cama y dejó las luces apagadas, porque también planeaba asustar un poco a Joshua. 

Sin embargo, el reloj dio las ocho y media, y Joshua seguía sin dar indicios de aparecer pronto en aquel lugar. JeongHan ya había perdido la cuenta de las veces que había bostezado y sus ganas de quedarse dormido empezaron a ser tantas que no creyó que fuera realmente malo dormir allí y hablar de lo que sea que debían hablar al día siguiente, no cuando la cama de Joshua era tan cómoda y olía tanto, tanto a él. JeongHan se giró sobre el colchón, dándole ahora la espalda al gran ventanal que poseía aquella habitación y en verdad hubiera empezado a quedarse dormido, de no ser porque el sonido de una llave siendo ingresada desde el exterior lo alertó de que finalmente Joshua había aparecido. 

Unos pasos resonaron desde la sala, luego el sonido sordo de, seguramente, su mochila siendo dejada en cualquier lugar. Lo escuchó servirse agua, luego cerrar la llave, y entonces JeongHan, preso de los repentinos nervios, tomó asiento en aquella cama, esperando el momento en el que atravesar el umbral de la puerta. La voz de Joshua resonó en el espacio cercano a la puerta, al parecer estaba enviando una nota de voz o algo así, luego el sonido del pomo siendo girado llenó el lugar y finalmente, Joshua apareció ante los ojos de un ansioso JeongHan.