Capítulo 9

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Capítulo nueve.

Rubí.

Tercera semana - 2da Parte

Sus brazos rodean mi cintura, me sube a horcajadas y atrapa mis labios entre los suyos, cierra las puertas del ascensor y aprieta el botón para detenernos en nuestro piso, solo se aparta unos escasos centímetros de mi y escucho su voz "Felices dos meses mi amor"

- ¡Macaaa! Pero... ¿Qué haces aquí?, ¿Cómo? ¿Porque? — acuno su rostro entre mis manos, y la miro como si ella no fuese real, procuro mirarla mucho, antes de despertar de este sueño, por qué me parece que todo esto en realidad es una mala pasada de mi mente, que anhela que ella de verdad esté aquí conmigo — siento sus labios cálidos otra vez, cierro mis ojos para no olvidar como se sienten sus labios

- Estoy aquí mi amor — abro mis ojos y comienzo a llorar como una niña pequeña que por fin recibe el regalo que tanto pidió, me aferro a ella y escondo mi rostro en su cuello, su aroma inunda cada parte de mi ser, extrañaba tanto su presencia, sin duda la Maca es lo mejor que me ha pasado, siento sus deditos en mi cabeza, deja caricias y besos cortos sobre mi cabeza

- Te extrañe tanto — se lo digo aun escondida en su cuello, me aparto un poco para volver a mirarla y ahí está su estúpida y sensual sonrisa, la beso y disfruto de su sabor — felices dos meses mi Rulitos — la veo extender su brazo para abrir las puertas, pero no la dejo, me mira y se que entiende

La miro brevemente y la vuelvo a besar, con determinación, me parece que fue una eternidad estás semanas sin ella, siento exactamente lo mismo que sentí la primera vez que la bese y me entrego a su boca, paso la punta de mi lengua por su labio inferior y lo atrapo entre mis labios tirando de el, la Maca jadea en mi boca, siento sus manos en mis glúteos, camina conmigo hasta chocar con las paredes del ascensor, un gemido escapa de mi boca y puedo sentir su sonrisa sobre mis labios, me aprieta contra su cuerpo, sus ojos recorren mi rostro, su boca entreabierta, su respiración agitada, yo me muerdo el labio por qué es imposible tener a una mujer como la Maca frente a mi y no sentir nada, ella despierta en mi el deseo más profundo, ella me hace sentir deseada, cierro mis ojos cuando siento su lengua en mi cuello, ahogó un gemido cuando su mano se abre espacio en el interior de mi pijama, sus toques son delicados y tortuosos sobre mi abdomen, sus dedos se sienten como fuego que quema cada fibra de mi ser, quiero sentirla así cada día de mi vida, quiero sentirla mía

— Maca... — trato de hilar alguna palabra, pero cada beso, cada caricia, cada suspiro que sale de su boca, me descompone, todo de ella me tiene al borde del delirio, detiene sus movimientos, me mira, me besa, acomoda mi ropa, acomoda mi pelo detrás de mi oreja — Vamos — su voz suena demasiado sexy para mí, que a estas alturas estoy fuera de mi

Aprieta el botón y bajamos del ascensor, claro que yo sigo en los brazos de mi chica

- ¿Vas cómoda?

- Si, muy cómoda, gracias por preguntar

- ¿Te quieres bajar?

- ¿Quieres que me baje?

- No, la verdad amo tenerte entre mis brazos — le sonrió y siento miles de mariposas en mi estómago — que lindo tu pijama — me sonrojo, por qué olvide por completo que andaba en pijama y con el más ñoño que tengo

- No me molesti' no sabía que vendrías, sino me ponía otra cosa, toma, has los honores de abrir tu depa, estás demasiado linda — ella me sonríe tan bonito — ¿Vienes sin maletas? — ella asiente

- Si, todo lo que necesitaba para venirme está en mi chaqueta

Entramos al depa y yo no quiero bajarme, me rehusó a soltarla

Amor de DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora