XII.

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Joshua entra en la habitación de Seokmin y mira a su alrededor, se encuentra sentado en el balcón, está mirando el naranja atardecer que pinta el cielo. Sonríe y se acerca a él, le abraza por detrás y deja un beso en su cabeza.

—Es algo tarde —dice Seokmin en cuanto Joshua se sienta a su lado.

—Lo siento, la clase se ha demorado —sonríe y deja la guitarra a un costado—. ¿Cómo estás hoy?

—Joshua —interrumpe como si no hubiera oído su pregunta.

—Dime.

—No quiero que te aferres a mi —le mira con esa cálida sonrisa que solo Seokmin sabe darle, esa que le abraza de la forma más hermosa en la que alguna vez le hayan abrazado.

—¿De qué hablas?

—Te amo, Joshua —sonríe nuevamente pero esta vez es una sonrisa de felicidad, una completamente alegre.

—Yo también te amo, Seokmin —estira su mano y acaricia el costado de su rostro con cuidado.

Ambos se miran a los ojos por unos segundos, se sienten en una especie de paraíso en el que solo están ellos dos. Joshua se inclina un poco y junta su frente con la de Seokmin.

—¿Puedo besarte? —pregunta pidiendo permiso y Seokmin lo mira con un gesto entristecido.

—Sería desastroso, apenas puedo mover bien mis labios —susurra y Joshua sonríe—. No será algo lindo.

—Mi primer beso será con el hombre que he amado desde que tengo memoria, ¿cómo podría no ser lindo? —susurra ahora él y Seokmin le observa con ojos brillantes, Joshua siente la necesidad de llorar, quiere besar a Seokmin, quiere envolverlo en sus brazos y no permitir que nada malo le pase, quiere que permanezca con él para siempre, al menos ese recuerdo.

—Hazlo —pide y el americano sonríe.

Joshua junta sus labios con timidez y comienza a mover los suyos, siente que Seokmin mueve los propios con demasiada lentitud y algo de torpeza, cosa que le hace sonreír en medio del beso. Joshua sigue el ritmo de Seokmin, le permite guiarlo y ambos terminan transformando aquel beso en uno extraño y lindo. Joshua acaricia el rostro de Seokmin, le besa intentando expresarle todo el amor que siente y todos los sentimientos que provoca en él con solo una sonrisa. Por su parte puede sentirlo de Seokmin, también le ama, le ama tanto como él y se siente afortunado.

—Joshua —Seokmin susurra en cuanto se separan—, te amo pero no puedes aferrarte a mi.

—No entiendo de qué hablas —el americano comienza a acariciar el cabello del contrario y mirarle con una sonrisa.

—Sabes que voy a irme, no estaré aquí mucho tiempo, no puedes aferrarte a mí, por nada del mundo —esto último lo dice con seriedad, tanta que Joshua siente miedo.

—¿Por qué dices eso, Seokmin? ¿Por qué ahora? Has vuelto a casa, estás mejor.

—Joshua, estoy de vuelta en casa porque ya no hay nada que puedan hacer por mi en el hospital, ya han intentado todo —le sonríe cálidamente y ahora es él quien junta sus frentes—. Se agota mi tiempo y ellos querían que mis últimos momentos fueran junto a mis seres queridos.

Joshua le mira fijamente con lágrimas al borde de caer de sus ojos, tiene miedo y no entiende cómo es que Seokmin sonríe de esa forma mientras le dice aquello, no entiende cómo es que lo ha asumido tan fácilmente, no entiende cómo aquello está sucediéndole a uno de los seres humanos más puros del mundo, no le parece justo y no cree que pueda entenderlo nunca.

—Joshua —le habla ya que el americano se ha distraído con sus pensamientos—, vamos a la playa.

Listen before I go. [Seoksoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora