Los padres de Seokmin se encargan de llevar a ambos chicos a la playa y una vez allí les dejan solos y se dedican a recorrer el lugar lejos de ellos. Joshua empuja la silla de ruedas de Seokmin mientras ve cómo el mar se abre paso en la arena.
—El día fue hermoso —Seokmin sonríe y ve a Joshua pararse a su lado y mirar hacia donde el sol está comenzando a ocultarse.
—Lo fue —el americano solo puede mirar a Seokmin y sentir cómo su corazón late con fuerza, es tan hermoso que le duele y le lastima.
—¿Podemos sentarnos en la arena? —pregunta y Joshua asiente mientras lo carga en sus brazos y lo coloca suavemente sobre la arena.
Seokmin ha perdido una considerable cantidad de peso, desde que ha perdido toda capacidad de comer sin ahogarse.
Joshua se coloca detrás de Seokmin y lo recuesta sobre su pecho mientras lo abraza y deja suaves besos en su mejilla, Seokmin sonríe tan amplio como siempre y se dedica a sentir el tacto de Joshua ya que hay pocas cosas que aún puede sentir.
En algún momento, los besos que Joshua le da a Seokmin se vuelven salados, entonces este se aleja un poco para mirarlo.
—¿Está todo bien? —pregunta con preocupación y Seokmin solo sonríe.
—He estado estos dos años deseando que todo pasara rápido, deseando que el día llegara para dejar de imaginar que podría tener otro final, sabes, he querido morir desde que fui consciente de que mi final ya estaba escrito —hace una pausa y se gira para ver a Joshua a los ojos—. Nunca he querido vivir desde que me descubrieron esto —ahora apoya su cabeza sobre Joshua y oculta su rostro en el hueco de su cuello—. ¿Por qué entonces me haces desear vivir más tiempo? —susurra con la voz rota y sin dejar de llorar, aquello rompe a Joshua, le duele de una forma que no puede describir—. Nunca le tuve miedo a la muerte, de hecho la ansiaba, ¿por qué entonces ahora no quiero irme? ¿Por qué me has dado razones para querer seguir viviendo?
Joshua separa la cabeza de Seokmin de su cuello y toma su rostro con ambas manos, le mira a los ojos y le sonríe.
—Pensé en quitarme la vida solo para ir contigo —confiesa con una sonrisa tan dulce que Seokmin empieza a dudar en haberle escuchado bien—. Pensé en dejar este mundo contigo —limpia sus lágrimas con la yema de sus dedos pulgares y besa la punta de su nariz con delicadeza—. Te amo, Seokmin, tanto como para seguir intentándolo en un mundo en el que sé que no podré tenerte más a mi lado, te amo tanto como para dejarte ir aún si te llevas contigo la mitad de mi alma.
Seokmin llora aún más al oír aquello y se siente egoísta, egoísta por quejarse de querer seguir en un mundo en el que solo le hace daño a Joshua, porque aunque lo intente, sabe que a Joshua le duele verle sufrir, llorar o quejarse, sabe que aquello es difícil para el contrario también, sabe que ha sido egoísta desde el momento en que ha permitido que Joshua se enamore de él, desde el momento en que no ha hecho nada para alejarlo y protegerlo, porque Seokmin no quería privarse de algo más, no quería no saber qué se sentía amar a Joshua, no podía morir sin saberlo.
—¿Vas a buscarme en la luna?
—Sí, voy a encontrarte y tocaré mi guitarra para ti, una y otra vez.