Capítulo dos

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Ailyn:


¿Qué si necesitaba ayuda?...
Claro que lo necesitaba pero, al verlo bajar del auto con su ropa todo elegante, su estilo completamente diferente al mío me sentí cohibida. Él pareció notar mi incomodidad y me regaló una sonrisa.

—¿Necesitas ayuda?..

Volvió a preguntarme y en eso asentí más segura. Él se acercó a mí y con una fuerza superior levanto al chico de una sola vez, luego lo acomodo en los asientos traseros de su auto.

—¿Tu novio?.

Me pregunto y me quedé con cara de ¿quién?, ¿él?.

—Sí. ¿Qué si él es tu novio?..

Me indicó que entrara a su auto en el asiento copiloto.

—No, pero hay que llevarlo al hospital se desmayó de pronto.

—Tranquila, no es para tanto el hospital está a unas vueltas.

Asentí, dio la vuelta para entrar al auto y de nuevo el mismo gesto, él sonrió y comenzó a conducir, ya no sé si mi corazón latía por nervios por la desesperación, por el cansancio o por incomodidad y de más.

En el transcurso del camino él no trato de hablar más, nisiquiera mostró una pizca de incomodidad, se mantuvo en silencio ignorando por completo mi presencia o quizá solamente le daba bien el de ser buen samaritano.

En el hospital unos enfermeros nos recibieron en la entrada y de inmediato atendieron al chico, en cuanto al desconocido que me ayudó, aún seguía a mi lado sentado en unos banquillos esperando a la doctora que atendía al chico.

—Gracias por ayudarme.

Agradecí al desconocido a mi lado mientras frotaba mi brazo izquierdo.

—No fue nada pero aún sigo teniendo una duda.

Sonreí confundida.

—¿En verdad eres su novia?.

Mi sonrisa se alargó y ahora el confundido parecía ser él.

—Para nada.

Hizo una "O" con la boca.

—Ya me hacía extraño ver a una chica tan hermosa como tú con un borracho como él.

No me dio tiempo de decir nada más pues el tono de llamada de mi móvil interrumpió. Pero en verdad ¿esa era su forma de coquetear?.

—Disculpa tengo que contestar.

Él me hizo un ademán de "adelante".
En la pantalla de mi móvil el nombre de mi novio a quien tenía agregado como "Li" apareció.

—Hola.

Lo saludé al teléfono.

—Buenos días, porque noches ya no son Lyn—suspiré algo fuerte asegurándome que él escuchará—Solo me preocupo por ti, ¿A qué hora planeas regresar Lyn?.

Y ahí estaba la razón por la que odiaba que Dylan me llamará Lyn.

La verdad era que mi corazón temía que Liam malinterpretara, que sospechara o dudará de mí si le decía que estaba en el hospital con un chico que apenas conocí.

—Ya pronto terminó y regresaré.

Le aseguré, pero un ruido se coló a través de la llamada, era como si alguien muy enojado cerrará la puerta de un trancazo.

—Bien, Lyn...

—¿Qué estás haciendo con la puerta?.

Le cuestioné, pero la respuesta que obtuve de él fue;

Una vez más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora