Capítulo Siete

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Ailyn;


Hay cosas que no dejan de sorprender , esa fue una de esas ocasiones en que sentí tan real eso de que "mi mandíbula caía hasta el suelo".  Después de bañarme, Dylan y Alex llegaron a la habitación medio adormilados, fue un tanto incómodo y gracioso pues lo único que hicieron al verme fue darme una mirada de; "No Ailyn, no preguntes".

Sin embargo yo también mentí cuando Dylan  pregunto si me había quedado toda la noche en la habitación. Que repugnante ¿no?.

Terminamos llegando a España a eso de las cinco de la tarde, para cuando Dylan llegó a dejarme a mi apartamento mi móvil estaba con cuarenta llamadas perdidas de Liam.

—No era necesario subir conmigo.

Dylan me miró enarcando una ceja.

—Solo para asegurarme..

—¿De qué?.

Pregunté y el se detuvo junto a mí frente a la puerta de mi apartamento.

—De que una rata no te coma.

—Eso está muy lejos de ser real.

Ambos sonreímos.

—Mi trabajo está hecho así que, me voy.

—Espera.

Lo detuve.

—¿Pasa algo?.

Dude un momento antes de hablar.

—Bueno, quería pedir horas libre solo hasta el medio día.

—¿Irás a alguna parte?.

—Tengo que..—pausé— arreglar algunas cosas..

Asintió.

—Mejor toma el día completo—asentí sabiendo lo que eso significaba— Lo descontaré de tu salario.

—Gracias.

Se despidió moviendo la cabeza y luego desapareció.

Ahora a lo que temía era si la puerta tendría seguro. Tomé el cerrojo entre mis dedos, lo gire y la puerta se abrió. Las luces estaban apagadas, las cortinas cerradas también, lo cual hacía que la habitación estuviera más oscuro, me limpié los pies y camine descalza hasta llegar al lugar y encender la luz.

Lo primero que vi, fue a Liam sentado en el borde de la cama. Tenía el entrecejo levemente arrugado. No hablé, solo me dirigí al armario a dejar mi bolso.

—¿No hablaras?.

Preguntó, me di cuenta que el tono de su voz era ronco. Observe a mi alrededor, sobre el suelo dos botellas de vodka tiradas.

—No tengo nada que decir.

Confesé frente al armario.

—Como ¿Dónde has estado estos días?, ¿el por qué no respondes las llamadas? O mejor aún ¿con quién estuviste?.

—Salí con unos amigos.

Me sinceré.

—Pregunté a la casera..—se levantó de la cama y yo giré a él— ella dijo que un chico vino por ti.

Asentí.

—¿Saliste con un chico Ailyn?.

—Te dije que es un amigo.

Su mirada enfureció.

—¿Un amigo con el que sales a solas y te pierdes casi dos días?.

—¿Por qué no me puedes creer?.

Una vez más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora