Amaia y Nat III

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Primer descontrol interno

Primer descontrol interno

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(Letras en cursiva están en español, negritas son mensajes y [palabras entre corchetes es la traducción])

Spoiler: Ninguno 

Escena: Parte de la historia original


Natasha realizaba los papeleos necesarios que siempre debía hacer luego de una misión. Reportes, firmas, declaraciones. La ligera luz en el sillón iluminaba todo su trabajo. Mientras que la pequeña niña que se le había asignado se encontraba dormida en su cuarto.

-Mamá- llamó la pequeña desde su cuarto.

Clint le había enseñado aquel apodo a Amaia, y aunque Natasha no lo aceptaba por completo, siempre sentía un escalofrío recorrer su espalda cada vez que se le mencionaba.

-¿Qué pasa Amaia?- regresó la pregunta sin prestar mucha atención. Pero no recibió respuesta, en cambio, un golpe ahogado resonó en el pasillo- ¿Amaia?

Natasha se estiró hacia su arma y la cargó con prisa mientras se levantaba. Caminó hacia el pasillo que llevaba a los cuartos y apuntó, buscando una amenaza, en vez de eso, encontró a la niña acurrucada en sí misma mientras tapaba sus oídos y cerraba los ojos con fuerza, dando paso a las lágrimas. Natasha guardó el arma y se acercó a ella.

-Amaia, pequeña ¿Qué ocurre?- cuestionó y Amaia gritó de dolor. Natasha apartó sus manos de sus brazos, temiendo haberla lastimado- Dime, ¿Dónde duele?

-Todo- respondió Amaia, sintiendo su misma voz extremadamente alta e incrementó el ardor en su cabeza- mamá... me estoy... me estoy mareando.

Natasha la analizó con aquellos ojos esmeraldas inundados en pánico. Amaia nunca había demostrado un dolor de aquel nivel, ni siquiera la había visto llorar en los meses que vivió con ella, por lo que podía adivinar que el dolor que experimentaba era más agudo de lo que cualquiera pensaría.

-Oye, escúchame- pidió en un susurro y Amaia presionó más su cabeza entre sus pequeñas manos- respira ¿sí? Trata de calmarte.

Un nuevo grito desgarrador salió de los labios de la pequeña de 7 años. Natasha desesperada la tomó en brazos, se acercó a la puerta tomando una chamarra, las llaves y su teléfono, para luego salir del departamento.

Prácticamente corrió por las escaleras hasta llegar al estacionamiento y depositó a Amaia con cuidado en el asiento del copiloto mientras esta seguía con los ojos cerrados y no apartaba sus manos de sus orejas.

Marcó el contacto de Clint apenas entró del lado del conductor y lo colocó en altavoz.

-Duele mucho- expresó Amaia con una agotada voz y destapó sus orejas. Natasha se alarmó cuando observó el tono escarlata en las manos de su pequeña. Estaba sangrando.

One-Shots: The Red ShadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora