A Gulf Drimer no le interesa el matrimonio y mientras lleve honor a su tribu su padre no le exige más, cómo es el Kunatap su deber es viajar y ayudar al Karalis cosa que hace con gusto y dedicación. En unos de sus viajes se cruzan con Mew Drastu re...
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—Mi señor, creo que debería descansar.
—Ámbar, soy el rey, yo estoy bien, solo fue una maldita contusión, mis obligaciones me esperan.
—Cómo usted diga mi señor.
—La reunión con los empresarios del nuevo proyecto hidroeléctrico cámbiala para la próxima semana, hoy nos enfocaremos con lo más atrasado. No quiero fotos o reporteros haciendo preguntas idiotas—luego paró su andar— también hay que revisar las leyes de los medios de comunicación, sus títulos son muy amarillistas para mi gusto.
—A mi señor nunca le ha importado eso.
—Ahora si,
—Cómo usted diga mi señor.
En ese momento, Gulf pasa con dos de sus sirvientes.
—Mi señor, espero ya esté bien—dice Gulf inclinándose.
—Lo estoy—mira a su asistente y está entiende.
—Dejemos a los reyes a solas—se dirige nuevamente al rey—lo espero en el auto, mi rey.
Ya a solas Mew suavizó su rostro.
—Estás hermoso—dice mientras sus pupilas se dilatan.
—Gracias mi señor.
—Hoy quiero que vayas a mis aposentos—se acerca y lo besó—mi lengua necesita probar el néctar de tus labios.
Gulf lo alejó.
—No sé que planea, pero no va a jugar con mi cabeza mi señor.
Mew no entendía.
—Gulf no juego con tu cabeza, eres mi esposo y quiero hacer el amor contigo, pero si no deseas lo voy a entender, lo menos que quiero es obligarte, pasa un buen día esposo mío—al decir aquello se marchó.
Gulf solo pensó que necesitaba ayuda, no podía estar jugando al gato y al ratón, el de verdad quería un día desear estar con su rey sin sentirse presionado o nervioso, se preguntaba: ¿por qué su matrimonio era complicado?
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