Capítulo: 10 Botones de flores primera parte.

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Gulf decidió vivir en mundo efímero, el primer lugar que pensó fue Nueva York, pero solo duró unos cuantos meses y decidió mudarse a Toronto, (al parecer Estados Unidos no era lo suyo)

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Gulf decidió vivir en mundo efímero, el primer lugar que pensó fue Nueva York, pero solo duró unos cuantos meses y decidió mudarse a Toronto, (al parecer Estados Unidos no era lo suyo). Cuándo llegó ocupó un apartamento el cual no era muy grande y lo agradeció, luego de pasear por diferentes lugares de la ciudad y probar toda la gastronomía se aburrió y decidió búcar en el periódico para ver si encontraba algún empleo y hubo uno que le llamó la atención, no era un empleo en sí, pero le gustó, lo tachó con un marcador rojo y llamó al número de teléfono.

—Hola, ¿aún está disponible la vacante de aprendiz de orfebre?, no descuide, no me importa la paga, ok, iré mañana.

Al otro día se abrigó muy bien, se montó en su motoneta y se fue rumbo a la joyería Danut. Cuando llegó vio lo hermosa que era la joyería, su aspecto era rústico y antiguo con hileras de vitrinas mostrando joyas inusuales, ninguna parecida a otra.

—Solo hay una de cada una, que extraño.

—Es que cada una es diseñada por su dueño.

Gulf voltea y se asusta.

—¿Disculpe?

—Eres el chico de la llamada supongo,

—Si.

—Ok, sígueme, me llamo Desta y te voy a entrevistar.

Gulf traga hondo, las entrevistas nunca fueron lo suyo, la madre de su rey cuando él pisó el palacio solamente le preguntó su nombre y lloró.

—No te quedes ahí y sígueme.

Gulf siguió al hombre de aspecto serio y prolijo, vestía pantalones de vestir, camisa blanca y chaleco, en su cabello tenía algunas canas que lo hacían lucir de la aristocracia, a Gulf aún le parecía mágico ver diferentes etapas de madurez, puesto que en su mundo el tiempo en los mortales se detenía a los 30 años, pero conocer humanos entre  los 40 y 50 años lo encontraba fascinante.

El hombre entró por una puerta de madera que lo conducía a un pasillo. De cada lado había puertas negras de las cuales se escuchaban sonido de metal o máquinas, al fondo del pasillo pudo divisar una puerta de dos alas, color rojas, el hombre la abre mostrando una oficina de aspecto muy antiguo y elegante, no le sorprendió, la joyería en sí a pesar de ser de aspecto rústico, tenía ese aire de opulencia rural.

—Siéntate y háblame de ti, deseo saber cuál es la razón que te trajo aquí.

Gulf sonríe nervioso mientras no evita acariciar su medallón ovalado de girasol.

—Yo... Pues.

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Un Concubino  Para El Rey Donde viven las historias. Descúbrelo ahora