Samanta
Presionó mi pies lo más profundo que puedo en el acelerador para llegar pronto a la Universidad. Puedo escuchar como suenan las bocinas de los autos y las maldiciones de los peatones aún así no me detengo ni me disculpó.
— ¡Oye hermana no importa si llegó tarde! —grita Daniela alterada con sus uñas clavadas contra el asiento.
— ¿No era que no querías llegar tarde? —digo divertida desacelerando.
— Lo se, pero quiero llegar en una pieza —desencajaba las uñas del asiento cuando la velocidad es normal— eres una exagerada que conduce a toda velocidad por justo.
— Eso no es verdad, yo me preocupo por la puntualidad de mi melliza —bufo indignada.
Ella estalla en carcajadas, no puedo evitar reír junto a ella por su peculiar risa, por un segundo mi mirada se desvía a la cicatriz que empieza desde su hombro, pasa por su cuello y se pierde detrás de su oreja que gracias a su largo cabello es ocultada. Salgo de mi trance cuando Dani se arroja hacia mi gritando mientras toma el volante.
— ¡Demonios Sam que te pasa! —escucho cuando recuperó el control del volante y ella vuelve a su asiento.
— ¿Pense que no decías groserías? —trato de aligerar el ambiente mientras entramos al estacionamiento de la Universidad.
— No me cambies el tema jovencita —me reprende, suspiro y apagó el motor de la camioneta.
— Solo estaba pensando...
— ¿En la pelea de hoy? —pregunta mientras baja del auto.
— Se podría decir que si.
— No te preocupes por dejarme sola —la miro fijamente— se como llegar sola a casa y cuidarme —levanta los puños en el aire— se defenderme de delincuentes así que ve tranquila a la pelea —levanta sus pulgares— y porfavor gana.
Aaaa, eso era lo que ella creía, sonrió de medio lado y le des peinó el cabello, comienza a quejarse mientras trata de arreglarse el pelo.
— ¿Oye que horas son? —Dani mira su reloj y casi sus ojos se salen volando.
— ¡Dios mío voy tarde! —da unos pasos lista para correr, pero seguirá hacia mi y me abraza— ¡Te quiero!
Sale disparada y antes de poder responder ya a desaparecido de mi visión. Sonrió inevitablemente, enserio no nos parecemos en nada excepto por la apariencia, aunque ella tiene el cabello castaño oscuro y el mio es más oscuro casi negro, actualmente yo lo llevó corto y ella largo, eso me hace recordar su cicatriz. Debo admitir que la había olvidado y tan sólo verla fue como la primera vez:
La sangre brota sin parar de la gran herida en su cuello, le a tocado una arteria ahora su vida se vasa en segundos.
— Sam.. —dice en un susurro— ¿Mo... morir... Moriré? .
— No sucederá —presionó mi mano contra su cuello y ella hace una mueca— no hables de acuerdo, todo estará bien...
— ¡Samanta! —grita Catia cerca de mi—
— ¡Ayuda la por favor! —le suplico cuando está junto a mi.
— Sam, no tengo tanto conocimiento en el campo de la magia de curación...
— Y una mierda ¡As algo maldita sea! —puedo sentir bajo mi tacto como el pulso cardíaco de Daniela se va volviendo lento, el horror e impotencia se van apoderando de mi al pensar que la podré perder...
Mi pecho se oprime ante aquel recuerdo y unas cuantas lágrimas se deslizan por mi mejilla, me las limpio rápidamente, decido sacudir la cabeza para disipar todo pensamiento.
Tomó mi bolso y me dirijo a mi faculta, Daniela esta en la carrera de leyes, algún día será una gran abogado, yo lo se; y yo estoy cursando la carrera de diseño gráfico, planeó ser algún día publicista.
Miro mi reloj, Demonios como pasa el tiempo volando. Luego que pasen mis tres horas de clases me dirijo a la estación de comisaría, gracias al horario flexible de mi carrera puedo trabajar libremente, ya que como líder de escuadrón puedo decidir mis horarios, eceto cuando el comisario Kenai disponga de los cazadores.
La policía de esta ciudad se divide en dos ramas específicas, la policía común y los escuadrones especial que son llamados: "Cazadores" somos algo como el FBI. El escuadrón más reconocido y temido es: "Los cazadores Carmesí" gracias a su líder, osea yo. Todos conocen mi apodo pero no mi identidad para evitar que ataquen a mi hermana.
Utilizó un antifaz compuesto por pequeñas mariposas rojas que a simple vista da un aspecto a pétalos de rosas, ella cubre la parte superior de mi cara y abarca mi mejilla derecha dejando solo expuesta la otra, mis labios y ojos. Solo se me permite utilizar la en misiones o fuera de la ciudad, ya que tenerla puesta causa mucho temor entre los civiles por mi historial, solo mi escuadrón y seres más cercanos conocen mi identidad.
Todos los escuadrones de Cazadores debemos llevar un antifaz o máscara cuando estamos de servicio, es una regla muy importante a seguir para evitar que nuestro enemigo conozcan nuestra identidad. Como no puedo utilizar mi antifaz utilizó una máscara simple.
Mi uniforme esta compuesto por un chaleco de cuero negro encantado que cumple la función de un chaleco antibalas, en la parte del pecho izquierdo llevo el logo del escuadrón al que pertenezco que es un arco, en medio de este ahí una espada envuelta en un espiral dorado, debajo del chaleco llevó una camisa blanca manga larga.
Llevo unos vaqueros y unas zapatillas para cazar. Tengo un cinturón que me permite llevar una pistola, dos dagas, estacas, la placa de policia y un pequeño bolsito donde llevo algunas pociones. Sobre mi llevo un poncho verde con capucha y en mi espalda llevo el compartimiento de mi arco y las flechas. Como mi cabello es corto tomó la parte superior de este en una coleta y lo de abajo lo dejó suelto.
— ¡Hola pequeña!
Enarco una ceja en dirección a Pool que me saluda alegremente, es de la raza de los enanos y mi herrero personal; tiene cabello marrón, piel bronceada, unos 45 años y su humor es siempre alegre. Además de ser mi herrero también es otro integrante de mi escuadrón.
— ¿Ahí misiones nuevas? —pregunto cuando estoy cerca de él.
— No, a decir verdad estos días la ciudad a estado algo tranquila —le resta importancia— ¿Ya terminaste tus clases?
— No —bufo— a la 1:34 pm tengo otra clase de dos horas y luego soy libre —rie— bueno, tengo asuntos que atender en mi Oficina.
— ¿Aun sigues tu investigación secreta? .
Solo me encojo de hombros y continuó con mi camino, no puedo perder mi tiempo charlando, hoy tengo una agenda ocupada.
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La Comfuccion de la Diosa Luna
WerewolfLas mellizas Grembur, dos chicas con diferentes destinos, Daniela la linda caperucita que estara en la mira del mundo sobrenatural. Samanta posee una oscura y sangriento venganza, su unico deseo es proteger a su hermana. Estas chicas han vivido cosa...