Soy de mi casa

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— ¡¿Como que no esta?! 

— Lo siento líder de secta, ya buscamos por todos los rincones de la secta y no hay rastro del joven maestro.  

Wen Rouhan hecho fuera de la habitación al discípulo ordenando le seguir buscando, que incluso traspasara las fronteras si es necesario. A la mañana siguiente, el mismo había ido a despertar al pequeño con la idea de llevar al grupo de menores a ver la manada de lobos que entrenaban. Lo que no espero fue llegar a la habitación y encontrarla completamente vacía con solo una nota diciendo que volvería, rápidamente movilizo tropas por todo el palacio en busca del pequeño sin pista alguna. 

— "Mierda, ¿por qué tengo que tener una secta tan grande?" 

—No hay rastro de que alguien más haya estado en la habitación o si quiera intentaran entrar, lo que descarta que lo secuestran.— Wen Xu dejo el reporte que le entregaron en la revisión de la habitación del Jiang. —El espía de Yunmeng a dicho que aun no hay paradero del heredero en sus tierras. 

—Eso es bueno... Si, si, hay que encontrar a Cheng'er antes que esos bastardos. 

Wen Xu asintió compartiendo la idea de su A-Die. —Por cierto, las personas por las que mandamos ya han llegado. 

—Mm. Que les den la mejor atención que tengamos, no quiero que Cheng'r se enoje conmigo si no trato bien a sus invitados. 

Jiang Cheng soltó un pequeño estornudo jalando la cobija más cerca de él evitando que el frío le pegue, Xing palmeo la cabeza del menor y siguió manejando la nube a la secta Nie. Cuando Jiang Cheng volvió a abrir los ojos se encontraba en el bosque cerca al mercado que rodeaba a la secta. Feliz comenzó a correr por el sendero que lo llevaba al lugar, Xing volvió a esconderse del ojo humano siguiendo de cerca al menor que salta daba vniendo las diferentes formas de los sables a la venta o pequeñas figuras talladas de madera. 

Los cachorros aun con sueño decidieron quedarse en la nube durmiendo siendo únicamente el Jiang y su estrella quienes se adentraban en el mercado de Qinghe Nie. Jiang Cheng paro en diferentes puestos preguntando de la forma más especifica que se corta edad le permitía donde podría encontrar conejos, Xing seguía tomando todo lo que el menor se le quedaba viendo por más de 5 segundos -dejando como pago valiosas joyas y trozos de oro-. Justo corriendo a donde creía a ver visto conejos el choque contra algo provoco que casi cayera de no ser por Xing quien lo tomo. Recuperando su equilibrio vio contra que o más bien contra quien fue que choco.  

— ¿Estas bien? —pregunto. 

—Por favor ayuda, un monstruo feo y grande quiere llevarme a estudiar.— lloriqueo el niño abrazando fuertemente al Jiang.  

Jiang Cheng frunció el ceño y abrazo con más fuerza al niño -aunque este era unos centímetros más grande que él- 

— ¿A quien llamas monstruo? —dijo otra voz enfrente de ellos. 

Si algo se dio cuenta Jiang Cheng era de la similitud de los colores y forma en la que vestía el niño en sus brazos y el nuevo delante de ellos que los superaba en tamaño. —Lo estas molestando.— Dijo. 

Nie Mingjue frunció el ceño. —Todo lo que te dijo es mentira, Nie Huaisang ven aquí. 

El menor de los Nie negó con la cabeza y se hundió aun más en el pecho del Jiang. 

Mientras tanto el Jiang y el Nie tenían una fuerte batalla de miradas y antes de que pudieran decir algo una fuerte, pero a la vez gentil voz los interrumpió. 

—A-Jue, A-Sang.— Rápidamente el niño se soltó de los brazos de Jiang Cheng y corrió hacia la mujer que estaba no tan lejos de ellos, Nie Mingjue rodó los ojos y se acerco a la pareja de madre e hijo la madam le dio una sonrisa a al Nie mayor y palmeo su cabeza. Jiang Cheng parpadeo los ojos un par de veces sin entender que ocurría al 100%. Madam Nie se dio cuenta de la tercera presencia sonriendo delicadamente saludo al pequeño. 

—Hola pequeño, ¿de donde eres? 

—Mm... Hola, soy de mi casa.—contesto con total entusiasmo.  

Madam Nie parpadeo un par de veces para después echarse a reír siendo seguida de Nie Huaisang y Nie Mingjue quien trataba de suprimir su risa, Jiang Cheng al ver que todos reían también comenzó a reír con ellos, Madam Nie le ofreció su mano invitándole a comer unos cuantos dulces, busco con la mirada a la estrella y al ver que este asentía ante la invitación tomo con gusto la mano de la la mujer bonita yendo con ella y los otros dos niños.   

Jiang Fengmian guardo su espada al encontrarse en la entrada del pueblo desplegó al grupo de discípulos que iba con él y por todo el lugar comenzaron a mostrar el retrato del pequeño de 6 años. Se mordió la lengua al ver que no reconocía los dulces favoritos de su hijo, pero aun así siguió pasando entre los puestos en busca de una pista. 

— ¡Usted! —grito una mujer que por sus ropas pudo identificar como una mujer de la vida galante. 

— ¿Perdón? 

—Si, usted. ¿O es acaso que sus finas telas le fundieron el cerebro? —la mujer chasqueo la lengua en desagrado. 

— ¿Necesita ayuda en algo madam? —Jiang Fengmian no tenia tiempo para esto tenía que encontrar a su hijo. 

—Ese niño ¿es su hijo? —pregunto señalando al retrato de Jiang Cheng. 

Con los ojos llenos de esperanza lo confirmo con la cabeza.—Si, si es mi hijo, ¿Madam lo a visto? 

—Hmf... Bien, porque ese pequeño bastardo golpeo a mis niños.— extendiendo la mano comenzó a mover la en espera de algo. — ¿Qué parte no entendió que esa rata golpeo a mis niños?

Jiang Fengmian frunció el ceño en disgusto y antes de poder decir algo un fuerte chorro de agua fue vertido, justo encima de la mujer frente a él arruinando tanto sus ropas como su maquillaje. —Deja de molestar maldita bruja, mejor ve a quedar embarazada de alguien a ver si esta vez si de llevan consigo. —una mujer mayor fue quien había salido en rescate del Jiang quien sonrió triunfante al ver que la otra persona se iba echando humo.—Por favor joven amo ignore a esa mujer, lo único que hace es quedar embarazada de sus clientes con el fin de chantajearlos y sacarles dinero. Y me parece que tal vez yo podría saber donde esta ese joven maestro. 

Los discípulos de Yunmeng se retiraron de Yunping con una nueva pista Qishan Wen. 

Las aventuras del pequeño ChengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora