VI.- Accurate.

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Lena POV.

Desde el momento en que la vi salir volando por mi balcón, supe que me había equivocado con ella. Estaba tan frustrada por todo el desastre que estaba haciendo Lex nuevamente, que me enojaba volver a pasar por esto. Era cómo si no hubieran pasado los años y todavía siguiera en Metrópolis, viéndolo destruir su vida por su malsana obsesión con Superman. Estaba molesta por el hermano mayor que había perdido, y por el mal hombre en que se había convertido, y saberlo de nuevo libre no me estaba ayudando a superar todo lo sufrido años atrás. Y sí, estaba molesta con Kara por plantarme así, pero sabía bien que ella era Supergirl y tenía que ir allí y hacer lo que sabe. Pero por un sólo momento, quise que sólo fuera mi novia y me abrazará entre sus fuertes brazos y me dijera que todo estaría bien. Pero ella no lo hizo. Y verla aquí está tarde, sólo hizo que toda mi rabia saliera cómo un torbellino por mí boca. El whisky que había estado tomando desde ayer, no ayudaba a que pudiera razonar con ella. En el fondo sabía que Kara en ningún momento lo hizo pensando en hacerme un mal. Ella es demasiado buena para eso y es una de las cosas que más amo de ella. Pero estaba enojada por Lex y sentía mi orgullo frágil, porque a pesar de llevar tanto tiempo intentando hacer la diferencia, sólo bastaba que Lex hiciera uno de sus trucos, y todo lo bueno que había alcanzado, se veía ensombrecido por eso. Y cómo el alcohol y la rabia, no son los mejores consejeros y menos cuándo el orgullo estaba tan lastimado cómo el mío, hice lo que me prometí nunca hacer, y eso era lastimarla. Ella no lo había hecho adrede pero yo sí. Y lo hice por todas las razones equivocadas. Mi novia no se merecía que le hablará así. No hay ninguna circunstancia que justifique hablar o actuar mal con alguien, menos si es tu pareja. Menos al ver su expresión dolida frente a mí. Por lo que pude comprobar la fuerza del amor y a través de el, pude tranquilizarme lo suficiente, cómo para empezar a bajar mi tono. Pero la llamada del DEO no dejó que continuará, y quizás era lo mejor. Podía buscarla después cuándo estuviera sobria y me disculparía en forma por todo. Con eso en mente, tomo mis cosas y salgo de L Corp con destino a mi ático, allí descansaría y retomaría el control de mi vida.

Mi cabeza estaba que estallaba cuándo el sol se colaba entre mis ojos cerrados mientras poco a poco volvía de la inconsciencia. Pienso que me merezco este dolor por haber bebido sin parar por dos días seguidos y sobre todo por haber peleado con mi novia. "Kara" suspiro al espacio vacío entre mi habitación. En un día normal, ella vendría al escucharme llamarla, pero debe estar dándome espacio y que sea yo quién se acerque para poder hablar. Y tal cómo prometí eso es justo lo que haré.

Horas después, completamente arreglada y tomando mi pose altiva cómo defensa de lo que seguro estarán pensando todos en Catco, llegó hasta allí a la media mañana. Ni siquiera usé el ascensor privado, y aún así estaba sola dentro del reducido espacio. Era en verdad gracioso, ahora que lo pienso. Pensar el temor que tienen de mi nombre, por una vez me da risa y sirve cómo distracción de todos los nervios que siento por la conversación que me espera con ella.

Salgo del ascensor y camino lento por los ajetreados pasillos de Catco. Busco con mi mirada a mi linda rubia, y no tardo mucho en verla salir de mi oficina. Sonrió a ella cuándo nuestras miradas se encontraron, sabiendo que ella debió escuchar mis latidos acercarse. Me parecía entrañable que Kara estuviera siempre escuchándolos y que cómo me confesó un día a la ligera, mientras descansaba sobre mi pecho, que ella siempre escuchaba mis latidos para saber que estaba bien. Me detengo allí entre las personas en ese pasillo, sólo viéndola allí de pie, tan bonita con su lindo juego de blazer y falda, y completaba su sonrisa amplia. Suspiré enamorada, empezando a caminar hasta ella. - Hola.- saludo ligero al estar frente a ella. - Hola, Len.- me dice alegre. - Cómo prometí, vine a hablar.- inicio. Ella asiente. - ¿Podemos?- le pregunto en tono muy bajo. - Por favor.- súplica. Murmuro de acuerdo y empiezo a caminar dentro de mi oficina. Podía ver sus cosas regadas por todo el escritorio y me alegraba saber que a pesar de todo, ella seguía disponiendo tal cómo se lo había pedido hace mucho tiempo. Las fotos enmarcadas de ambas, se mostraban orgullosas desde su lugar en mi escritorio y me agrada vernos tan felices allí. Sabía bien que ella tenía su escritorio lleno con algunas de nuestras fotos juntas, y sólo puedo suspirar por lo bien que se siente ser amada por ella, y tener esas fotos allí, sólo hacen perdurable en el tiempo los momentos juntas así cómo están grabados a fuego en nuestras mentes. Empiezo a caminar con dirección al gran balcón, con Kara siguiéndome de cerca, cuándo de reojo puedo ver el logo de L Corp desplegado por las muchas hojas que tiene fijas sobre el ventanal de la pared. No tengo que ser una genio para saber de qué se trataban esas hojas. - ¿Por qué están los extractos financieros de L Corp aquí?- le preguntó deteniendo mis pasos y girándome en su dirección. Kara juega nerviosa con sus lentes en su frente y sé que la puso nerviosa mi pregunta. - Winn lo tomó, por órdenes del DEO, pensaron que ayudaría a saber si Lex estaba tomando recursos de L Corp. No estuve de acuerdo, pero me ofrecí a investigar yo misma, para evitar la invasión que seguro harían otros agentes.- me explica rápido. - Tendré que revisar la seguridad de mi información.- Murmuro sorprendida por la capacidad del amigo de Kara. - No vas a despedir a nadie ¿Verdad?- me pregunta asustada. Amo cuándo balbucea. - No puedo despedirme a mí misma.- bromeo con ella. Kara suspira en alivio. - Sólo para aclarar, ya había revisado esos reportes. Lex no ha tomado nada de L Corp, todo está limpio. Lo revisé personalmente. Pero seguramente tiene sus fondos propios, nunca ha sido negado para conseguirlos.- le confieso. - Eso es un alivio, me evitaste verificar cada cosa.- me dice y provoca mi risa. - Me alegro de ayudar a mi novia.- le confieso. - Me gusta cómo suena eso, Len.- dice acercándose a mí. Tomo su mano entre la mía, entrelazándolas y llevándonos hasta el balcón. - No me tenían que hackear, bastaba con que me lo pidieras, sabes que no puedo negarte nada.- digo soltando su mano y girándome, encontrándome con su mirada. - No quedamos muy bien ayer, no quise preguntar. Además, sigo sin estar de acuerdo con revisar L Corp. Confío plenamente en ti.- me dice y me siento ligera por su sola confesión. - Aprecio eso, gracias cariño.- le digo, sintiéndome tranquila por su confianza en mí. - Kara, yo lamento lo de ayer, no debí hablarte así. Estaba enojada por toda la situación de mi hermano y cómo cada vez se pierde el hombre que solía admirar, el que solía conocer. Y la tomé contigo. Y no estoy diciendo que no me molestó tú silencio, porque si lo hizo, pero sé también qué no era para llevar las cosas cómo lo hice, así que lo siento.- digo rápido a ella. Una lágrima escapa por mi mejilla y Kara se acerca rápido a mí para secarla con su delicada mano. Ella me sonríe mientras aún mantiene su mano sobre mi rostro y me inclinó hacía su mano, buscando más contacto. - No tengo nada que perdonarte. Todo esto es tan complicado, y Lex es tú hermano, siempre lo será. Entiendo que te haya afectado tanto está nueva treta suya. Pero también acepto mi parte de culpa, debí estar ahí para ti. Las parejas son para eso, y eres mi pareja, Len.- me dice en su suave, y suspiro de alivio al saber que ella entiende mis razones. - Quiero ayudar. Quiero que todo vuelva a ser cómo antes y que mi hermano pague por lo que hizo. En verdad, cariño.- confieso mi resolución. - Eso significa mucho viniendo de ti. Pero en este momento, la duda me está matando y quiero dejar de sentirme así.- me dice y mi ceño se frunce al escucharla. - ¿Qué es lo que te molesta?- le pregunto curiosa en tono bajo. Kara baja su mano de mi rostro, y junto a su otra mano la lleva hasta mi cintura, dónde aprieta la piel de la zona y junta nuestros cuerpos. - ¿Nosotras estamos bien?- me pregunta en tono pausado, no perdiendo su agarre en mi cintura. Sonrío por su inquietud, y me concentro en sus lindos ojos azules brillando en mi dirección. Mis manos suben hasta su rostro, y lo atrapó entre ellas, acercándome hasta su rostro y mi boca a sus labios. - Ahora estamos bien, y quiero que sigamos así para siempre.- murmuró sobre sus labios, antes de tomarlos entre los míos en un beso apasionado. Cierro mis ojos disfrutando por fin de su boca, que me recibe gustosa. Hace más de dos días que no los probaba, y se sentía cómo si volviera a casa. Su cuerpo nos empuja más cerca, mientras nuestras lenguas danzan en nuestras bocas, gustosas de sentirse de nuevo juntas. Kara aprieta mi cintura, haciéndome jadear sobre sus labios, antes de dar un paso atrás, logrando que perdamos el contacto. Respiro agitada varias veces, antes de abrir los ojos y encontrarla sonriente frente a mí. - Te extrañaba.- confiesa. - Y yo a ti, ven aquí de nuevo.- pido suplicante, queriendo tener más de ella. - Tengo que ir al DEO.- me confiesa y sé que nuestro momento acabó, al menos por ahora. - Está bien, supongo que te veré después.- le digo resignada. - Ven conmigo.- me pide y la miro sorprendida. - ¿En verdad?- le pregunto y ella asiente rápidamente. - Sí, dijiste que quieres ayudar y quiero tenerte allí conmigo. Estos días no nos hemos visto lo suficiente.- me confirma. - Nunca será suficiente. Nunca tendré suficiente de ti, mi amor.- le prometo. Kara asiente feliz. - ¿Vendrás?- me pregunta tímida, mientras jugaba nerviosa con sus lentes. - Lléveme en sus brazos, Supergirl.- pido y eso la hace sonreír. - A sus ordenes, señorita Luthor.- me dice y luego da una mirada rápida por todo los alrededores, antes de empezar a materializar el traje sobre su cuerpo. - Jamás me cansaré de verte hacer eso.- confieso concentrada en lo bien que se ajusta a su fuerte cuerpo aquel traje. Kara me guiña coqueta y luego me toma entre sus brazos al estilo nupcial, y nos eleva del balcón con camino al DEO. Me acurrucó a ella, escondiéndome en el hueco de su cuello, inhalando su dulce aroma, alejando mi miedo a volar y sólo concentrándome en mi dulce novia, en la seguridad que sentía entre sus brazos mientras me mantenía tan firmemente entre ellos mientras volaba sobre los cielos de la ciudad testigo de nuestro amor.

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