Era la época dorada de los negocios Internacionales en Corea del Sur, su mejor versión donde grandes empresarios viajaban y conocían nuevas culturas y formas de vida. Sim embargo, todo aquello llevaba molestia y angustia a los Alfistas empoderados...
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El teléfono de la mansión Park sonó alertando a todos los convivientes. SeokJin fue quien atendió y miró al instante a Hoseok siendo eso una alerta brillante y luminosa para todos. El Alfa médico tomó el teléfono y cuestionó con un bajo "hola".
-Señor Jung, debe venir con carácter de urgencia a la clínica. -Era una de sus enfermeras y sonaba demasiado desesperada.
-¿Qué ocurre? -Preguntó débilmente. TaeHyung, que había bajado a trompicones desde su habitación con la ayuda de su padre al escuchar el teléfono, se detuvo bajo el humbral de la puerta del salón. Hoseok lo miró perplejo pues debería seguir durmiendo por los sedantes administrados.
Pero es que TaeHyung había sentido en su letargo los gruñidos y furia explosiva de su Alfa, al igual que la valentía y fuerza de su Beta, así que despertó porque su lobo así lo quería; porque su lobo necesitaba acudir en la ayuda de sus destinados.
-El señor Park acaba de llegar con un chico en muy malas condiciones. -Todos pudieron escuchar la respuesta de la enfermera por el silencio creado en la instancia y por lo alta que hablaba la joven ante el miedo y la incertidumbre de no saber que hacer.
-Voy para allá. -Decretó colgando la llamada. TaeHyun alzó a YeonJun en sus brazos y Beomgyu abrazó a ambos como conteniendo su miedo. SeokJin se aferró a la mano de su hermana que descansaba en uno de los sofás de la sala. TaeHyung se dirigió decidido a la puerta a pesar de las quejas de su padre NamJoon.
-Me da igual lo que digáis, voy a ir, necesito ir. -Nadie pudo negarse, los Omegas incómodos y sumisos ante la superioridad de un Omega puro hablando y dando órdenes y los Alfas adoloridos como con migrañas repentinas por ese mismo tono de voz gastado. Hoseok asintió.
-Creo que sería bueno, para apagar tu ansiedad, que tus ojos corroboren que ambos están bien. -TaeHyung asintió al Alfa y NamJoon no dudó en seguirlo siendo el sustento a tierra firme de su hijo hasta llegar al coche del médico. -JiSoo también debería venir para hacerle unas placas.
-Os llamo en saber algo. -Prometió el Omega a sus hijos adoptivos, YeonJun lo miró directo a los ojos y susurró temeroso.
-Papi, ten cuidado. -TaeHyung le mandó un gran beso y entró al coche para tomar camino a la clínica.
-¿Puedes sentirlos? -Preguntó NamJoon acariciando su cabello castaño, el Omega cerró sus ojos unos segundos.
-Jimin está muy preocupado y asustado. -Dijo aún de ojos cerrados. -Kookie... -Su garganta tembló y su voz se rompió aún si no comenzó a llorar de nuevo. Sus lágrimas se habían agotado. -Kookie no está.
-¿Cómo que no está? -Cuestionó NamJoon.
TaeHyung negó incapaz de expresar en palabras esa soledad, ese silencio y frío vacío que sentía en el lazo que compartía con su Beta. Con las manos abrazadas a su vientre bajo salió el primero del coche cuando este se detuvo y corrió hacia el centro médico. Nada más cruzar la puerta sus ojos localizaron a su Alfa portando sólo su camisa de traje y pantalón del mismo. A Jimin le faltaba un zapato y por primera vez su cabello rubio no estaba acomodado ni su ropa impoluta; su camisa estaba hecha jirones y llena de sangre. Alzando la vista, al sentir el inconfundible y adorado aroma a polvos de maquillaje, habló con voz falsamente serena.
