Maratón 3/3
Se aceptan reclamos, pero no pago terapiasLa pareja de, literalmente, recién casado entró despacio al despacho de su hogar. La luna brillante en rosa iluminaba el cielo repentinamente claro y brillante por el manto de estrellas tras la tormenta del día anterior y el mismo. Sobre el escritorio, de forma que lucía incomoda, JungKook dormitaba plácido y relajado.
TaeHyung se inclinó a su lado, Jimin colocándose a su espalda.
Las mejillas pálidas del Beta estaban sonrojadas por el sueño, una de ellas siendo aplastada con cierta gracia sobre sus manos que reposaban en el escritorio y haciendo así que sus pequeños y rosados labios abiertos se vieran abultados. Sus grandes ojos estaban cerrados con calma, sus espesas y largas pestañas tocando sus mejillas y las pequeñas manchas por el sol en ellas, sus grandes gafas dobladas por la postura.
(Nota autora: yo misma he muerto al imaginarme a Kookie así)
El menor suspiró entre sueños, balbuceando ligeras incoherencias que hicieron a los contrarios sonreír. Pareciera, al menos eso les gustó pensar a ambos, que había notado sus presencias. El repentino suspiro de JungKook hizo a los otros contrarios verse, de nueva cuenta sus ojos mostraban al animal en su interior y se dirigieron al contrario con el mismo pavor que sus humanos sentían escondidos en el limbo.
-Mío. -Omega y Alfa se vieron directos, reclamando al Beta que seguía profundamente dormido entre ellos. Finalmente eran de nuevo Jimin y TaeHyung, el primero tremendamente confundido y el segundo liberado al confirmar que no estaba perdiendo la razón.
-Está bien, supongo que lo está. -Murmuró bajo, siendo casi escuchado, el Omega.
-¿No te da miedo? -Preguntó en el mismo tono el rubio, viendo como se inclinaba a retirar delicadamente las gafas de su rostro y las dejaba plegadas a un lado del escritorio. -Tú eres mío y yo soy tuyo. -TaeHyung se acuclilló junto al menor y lo observó de cerca, como su nariz se fruncía con dulzura infantil.
-Puedo ser de ambos si eso es lo que mi lobo quiere tanto como yo. -Confesó, feliz en su interior ante la idea primitiva de ser cuidado por Jimin y JungKook; de ser mimado hasta la saciedad. -Y ambos podemos ser tuyos si tú lo quieres. -Añadió viendo al Alfa desde su posición. Jimin tomó una profunda espiración y se dijo, se repitió, que ahora al fin era el señor Park y que no debía cuentas a nadie.
-Habría que saber primero si él quiere ser de nosotros. -Concedió, sintiendo a su propio lobo contener un aullido por el miedo de despertar al menor. Su corazón llenándose el orgullo primitivo, y ciertamente narcisista, de los Alfas al pensar en proteger y consentir a TaeHyung y JungKook.
-Llevémoslo a la cama. -Pidió poniéndose en pie, Jimin se acercó a él y besó su frente.
-Yo lo haré. -Con cuidado de no despertar al menor pasó sus manos bajo sus rodillas y sus axilas hasta cargarlo al estilo princesa en sus brazos. -Es muy ligero. -Murmuró cuando ambos salían del despacho hacia el pasillo, TaeHyung siseó cuando lo escuchó ronronear por el vibrar del pecho del Alfa y la cercanía de su voz.
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Descubriendo el Trabajo de un Beta ~ VKookMin ~ JungKook, JiMin y TaeHyung
Fiksi PenggemarEra la época dorada de los negocios Internacionales en Corea del Sur, su mejor versión donde grandes empresarios viajaban y conocían nuevas culturas y formas de vida. Sim embargo, todo aquello llevaba molestia y angustia a los Alfistas empoderados...