𝐓𝐇𝐄 𝐇𝐎𝐏𝐄 - 𝐫𝐢𝐜𝐤 𝐠𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬

4.

"¿Están vivos?"

Rick tomó la radio. "¿Hola, hola?"

"Ahí estás, estaba preocupado."

"¿Dónde estás? ¿Afuera? ¿Puedes vernos ahora?"

"Si, los veo, están rodeados por caminantes, esas son las malas noticias."

Yeong se pasó la mano por el rostro, susurrando. "¿Y hay buenas noticias?"

"Oye, quién quiera que seas, no me molesta decirte que estoy un poco preocupado."

"¡Amigo! Deberían de ver lo que yo veo, les daría un ataque al corazón."

"¿Tienes algún consejo?"

"Si, intenten salir corriendo."

"¿Eso es todo? ¿Salir corriendo?"

"No es tan tonto como suena, soy sus ojos aquí afuera, todavía hay uno en el tanque, pero los otros bajaron y se están comiendo al caballo que cayó. ¿Me siguen hasta ahora?"

"Hasta ahora."

"Ok, la calle al otro lado del tanque está menos poblada, si avanzan ahora que están distraídos tienen más posibilidades, ¿Tienen municiones?"

"En el bolso que está afuera, tiene armas, ¿Crees que pueda alcanzarlo?"

"Olvídate del bolso, no es una opción. ¿Que traen consigo?"

"Espera...."

Yeong tomó el lugar de Rick en la radio. "Una pistola y un cartucho con quince balas." Habló, mirando como su contrario ocultaba entre su pantalón la granada que tenía el soldado.

"No los desperdicien, salgan del lado derecho, avancen en esa dirección, hay un callejón en la calle, a unos 50 metros, ve allí."

Rhee pasó su lengua por el aro de metal en su labio inferior, aquí había dos opciones, o la persona con la que hablaba no era su hermano o el contrario era muy estúpido cómo para no darse cuenta de con quién hablaba. "Oye, ¿Cómo te llamas?"

"¿No me han escuchado? No les queda mucho tiempo."

Rodó los ojos. "Está bien."

Ambos se posicionaron sobre la escotilla de salida, se vieron por unos momentos, Yeong sonrió, guiñándole un ojo antes de salir primero, enterrando un pedazo de metal en el cráneo del caminante sobre el tanque, de una patada derribó el cuerpo inerte, ayudando después a Rick.

Bajaron del tanque, corriendo hacia la dirección dada, el coreano se quejó por los disparos, eso solo llamaba más la atención.

Cuando llegaron al callejón una silueta llamó su atención, se puso a modo de combate, a nada de golpear lo que fuese que estuviera en el lugar.

"¡Ah! Alto soy yo." Ambos coreanos se observaron. "¿Yeong?"

"¿Glenn?"

"¡Vamos!" Rick les dio unos empujones para que caminaran.

"¡Por aquí!" El asiático de cabello negro los guió a unas escaleras amarillas, subiendo por estas.

Rick esperó a que Yeong subiera primero.

Terminaron en una base intermedia para descansar.

"Buena puntería Clint Eastwood, ¿Eres el nuevo sheriff? ¿Vienes a limpiar la ciudad?"

"No era mi intención."

"Lo que tú digas." Respondió Yeong, secando el sudor que recorría su frente y mandíbula.

Glenn miró a su hermano mayor. "Sigues siendo un idiota."

El rubio alzó en alto su puño, era tan normal que entre ellos hubiera riñas incluso en los momentos menos apropiados, aun así se querían.

Rick pasó detrás suyo a Yeong, extendiendo su mano hacia el nuevo coreano. "Rick, gracias."

Miró con incredulidad y extrañeza la anterior acción del de ojos azules, aceptando el saludo. "Glenn, de nada."

Grimes guardó la pistola en la mochila del chico.

Uno de los caminantes comenzaba a subir con torpeza las escaleras.

El hermano mayor miró hacia donde seguían las escaleras, ya no había más bases en el camino, un escalofrío le recorrió por la altura a la que se encontraba el final de la escalera.

"Lo bueno es... Que la caída nos matará." Comentó Glenn.

"Siempre trata de mirar el vaso medio lleno." Explicó con neutralidad Yeong, subiendo las escaleras después de su hermano.

"¡Hijo de perra! Deberíamos matarte." Una mujer rubia apuntó contra Rick.

"Cálmate Andrea, retrocede."

"¿Bromeas? Estamos muertos por culpa de estos idiotas."

Yeong quitó el seguro del arma, apuntando a la cabeza de la mujer. "Yo no bromeo si digo que la próxima muerta eres tú." Habló con frialdad.

Glenn rápidamente revisó su mochila, suspiró, ¿Por qué no le sorprendía aquello? Su hermano mayor le había hurtado la pistola sin siquiera darse cuenta.

Maldita sea Yeong Rhee y sus rápidas manos.

"Andrea, dije que te calmes." Un hombre con ciertos aires de mexicano se metió entre ellos.

Por fin la mujer se separó, sollozando. "Muertos, todo por su culpa."

El rubio aventó el arma descargada a la mochila abierta de su hermano, posicionándose después al lado de Rick, revisando que estuviera bien con la mirada.

¿Por qué lo había defendido? Ni siquiera él lo sabía.

"Creo... Que no entiendo." Habló Grimes.

"Oigan." El mismo hombre los tomó por los hombros. "Vinimos a la ciudad en busca de suministros, ¿Sabes cuál es la clave de la búsqueda? Sobrevivir. ¿Y la clave para sobrevivir? Entrar y salir sin hacer ruido."

"No disparar en las calles sin razón." Obvió Yeong.

"Cada caminante a kilómetros de distancia te escuchó."

"Vienen por su almuerzo."

Frente a ellos las puertas débiles de cristal los separaban de varios caminantes.