Capítulo 3: Un día pasado por agua

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Al entrar a la tienda, aquella yordle joven se acercó para ayudar a Poppy y a Tristana. Suponían que aquel lugar había sido remodelado, pues era mucho más grande que la última vez. La tienda contaba con todo tipo de productos para la playa, la piscina, el jardín, como bañadores, balones de playa, barbacoas portátiles, chanclas, toallas etc.. es decir, un poco de todo.

-Buenas tardes chicas, ¿en que puedo ayudaros? -dijo la dueña con una gran sonrisa y las manos tras su espalda.

-Hola, buenas tardes, pues verás, habíamos venido porque necesitamos un bañador nuevo, los que teníamos ya no nos valen y creíamos que aquí habrían algunos buenos. - comentó Tristana mirando de lado a lado poniéndole el ojo encima a todo cuanto quedaba a su alcance.

- Ya veo...¿y que clase os gustaría más? de una sola pieza o bikinis, tenemos de ambos.

- Yo por lo menos quisiera de una sola pieza, me resultan más cómodos, pero tu Trist....no se que es lo que prefieres. -comentó Poppy. La dueña, de nombre Lisa era una yordle de pelaje marrón clarito, llevaba un vestido blanco largo, el pelo era rubio y largo, recogido en una gran coleta, mientras en su oreja derecha llevaba un pendiente con forma de luna menguante. Y al estar la futura artillera algo pensativa, Lisa les sugirió que fueran a echar un ojo, así podrían ver todos de primera mano, elegir unos cuantos que les gustaran y si después necesitaban más ayuda, ella iría corriendo al rescate.

-Bueno chicas, vosotras ir a por ellos, mirad, si giráis esta esquina hacia la derecha allí los tenéis todos, los probadores también están allí, pegados a la pared, los reconoceréis rápidamente, pues son los que tienen las cortinas rojas. Cuando os probéis uno ,llamadme e iré para daros mi opinión si queréis. -se ofreció amablemente, algo que Tanto Poppy como Tristana agradecieron.

- Muchas gracias señorita, así será más fácil. -contestó Poppy con una gran sonrisa.

- Jejejeje, no es nada, por cierto, me llamo Lisa, ya que ahora solo estáis las dos aquí, para que sepáis mi nombre.

- Es muy bonito, yo me llamo Tristana, encantada.

- Y yo Poppy. - respondieron ambas.

-Perfecto, pues adelante.

Tal y como les había indicado Lisa, al girar la esquina de la tienda se encontraron con un surtido completo de miles de colores y diseños. Eso parecía más bien un mosaico. Todos eran muy bonitos y tanto a Poppy como a Tristana les entró una ilusión típicas de niñas pequeñas. Antes de elegir ninguno, ambas se pasearon por un momento de lado a lado posando sus ojos sobre cada una de las múltiples opciones hasta que pasó. Tristana vio un bañador de una sola pieza precioso. Blanco, con un dibujo de ramas y flores de un cerezo Sakura. El color blanco como la nieve hacía un maravilloso contraste con el rosa pálido de los pétalos y de inmediato pensó que su amiga se vería preciosa con algo así, por lo que para que se lo probara llamó la atención de ésta.

- Hey Poppy, mira, mira, este tiene que quedarte de maravilla, además es una preciosidad. -le comentó la peliblanca colocándolo frente a ella. Poppy lo agarró y lo miró con detenimiento. Para empezar ya era muy agradable al tacto, era suave y tenía pinta de ser cómodo, además Tristana tenía razón, ese patrón era muy bonito y el blanco era uno de sus colores favoritos, la artillera tenía buen ojo.

- Tienes razón, creo que me probaré este. Espérame un segundo ¿vale?, si me queda bien me lo compro y después te ayudo a ti con el tuyo.

- Claro, sin problema. Si quieres también, voy llamando a Lisa, así tendremos rápido la opinión de la profesional. -respondió.

- Ok, aquí te espero pues. - Poppy entró así al probador, corriendo la cortina a su pasado, mientas que Tristana con cuidado de no correr en exceso para no tirar nada sin querer fue a avisar a Lisa de que necesitaban su opinión.

Un Amor de Pequeñas DimensionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora