Capítulo 11: Una nueva aventura

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Tras dar una última mirada hacia atrás viendo todo lo que iba a dejar en Ciudad de Bandle, la yordle por fín estaba preparada para emprender su viaje, un viaje que la llevaría por todos los rincones conocidos del mundo de Runaterra, pero antes de saltar dentro del portal había un par de cosas que hacer.

Primero, Poppy dio un gran abrazo a su abuelo, quien con los ojos cerrados y a punto de soltar una lagrimilla acariciaba el pelo de su nieta, deseando que no se marchara, pero era inevitable, él mismo era consciente de que ella debía hacerlo.

-Se fuerte, siempre mantente en el camino correcto, no dudes en actuar si tienes que hacerlo, protege a los más débiles y machaca a aquellos que quieran usar su poder para aprovecharse de los demás, vive con la dignidad y los valores que desde pequeñita te he inculcado. -las palabras de Gregori retumbaban en la cabeza y el corazón de Poppy, quien con un par de lágrimas tratando de escaparse de sus ojos asintió con convicción, dejando a su abuelo más tranquilo.

Lo siguiente que iba a hacer.....era algo con lo que no podría vivir si no lo hacía. Poppy volvió a ponerse frente a Rumble, tomó sus manos entre las suyas, sintiendo el suave pelaje del futuro mecánico, el cual acariciaba con sumo cuidado. Esa mirada dulce, pero triste al mismo tiempo, eso estaba desgarrando el corazón del yordle azulado, pues sabía que esa era la despedida definitiva, aun así Rumble quería que ella lo recordara con una sonrisa en el momento de su despedida.

- Snifff....l-lo siento Poppy....i-intento no llorar, q-que me....recuerdes al marcharte con....snifff.....u-una sonrisa, pero es muy difícil. - gimoteaba el pobre. Poppy también al borde de las lágrimas pensó en darle un último obsequio a Rumble. Agarrando las mejillas del yordle azulado y sin que este lo esperara, la futura guardiana unió sus labios con los suyos, un beso suave pero lleno de todos los sentimientos que la yordle había ido construyendo a lo largo del último año. Rumble ya no quería pensar en nada más, tan solo.....se dejó llevar.

Al separarse, Rumble estaba más rojo que un tomate, al igual que Poppy, pero ésta para evitar la tentación cada vez mayor de quedarse saltó dentro del portal. El yordle azulado intentó alcanzarla con su mano, pero ya era demasiado tarde. Gregori que también lo había visto todo, puso su mano sobre el hombro de Rumble para tratar de tranquilizarlo.

- No te preocupes muchacho, Poppy volverá hecha toda una mujer, tu lo que tienes que hacer ahora....es trabajar igual de duro que ella, para que cuando regrese valore lo mucho que te has esforzado por crecer. -el abuelo tenía razón, puede que ahora estuviera triste, pero tenía que ponerse las pilas, o si no ¿Qué pensaría Poppy de él?. El yordle asintió ahora más lleno de determinación que nunca, tomó las escaleras rumbo arriba y salió de la biblioteca. Gregori para no dejar a Norra y a Yuumi con la palabra en la boca antes de volver a subir se despidió de ellas.

-Muchas gracias por todo Norra, y a ti también Yuumi, habéis podido hacer realidad el sueño de mi nieta, os estoy enormemente agradecido.

-Tranquilo, hemos hecho lo que debíamos, incluso tu sabías que el sitio de Poppy al menos por el momento no está aquí, solamente tenías que abrir la mente y dejarla que saliera a explorar el mundo. Esto será una buena experiencia para ella, pues aprenderá a juzgar el mundo con otros ojos, algo que le permitirá desarrollar un gran criterio. Con respecto a ese chico, Rumble.....me ha dado un poco de pena, prácticamente lo ha dejado con una promesa, una promesa que cuanto más se alargue en el tiempo más se fortalecerá o todo lo contrario, eso nadie lo sabe. - respondió la yordle mientras acariciaba a Yuumi.

Gregori asintió y él también acabó saliendo de la biblioteca, no podía dejar desatendido su taller por más tiempo.

Mientras tanto al otro lado del portal....

Un Amor de Pequeñas DimensionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora