Un Amor de Pequeñas Dimensiones

Capítulo 8: Mi decisión

A la mañana siguiente ya había llegado el momento, el día de la graduación en donde los yordles que habían cumplido con todos los años de estudio podían elegir ahora a un maestro que les iniciara en su profesión de todas las que había para elegir en Ciudad de Bandle.

La ceremonia, o acto académico, como más le guste llamarlo a cada uno se realizaría en el Gran salón de actos del instituto a las 12 de la mañana, donde los profesores encargados de cada clase otorgarían el diploma a los graduados.

Serían en torno a las 10 de la mañana cuando Rumble aun dormido sobre su silla de trabajo fue repentinamente despertado por su madre. No era lo deseable que en uno de los días más importantes de su vida fuera a llegar tarde.

- Cielo.......despierta, que ya son las 10 y como no empieces a prepararte vas a llegar tarde. -le susurró su madre mientras lo movía un poco de lado a lado. El yordle tras un par de minutos de insistencia abrió los ojos con pereza, mientras que se estiraba, Angelina abrió la única ventana que daba a la calle dejando que la luz del sol entrara con toda su fuerza en la estancia cerrada.

-Ughhhhh.....el sol, mierda..... -murmuraba Rumble

-El sol solo es una ayudita para despertarte, venga Rum, tienes que desayunar, ducharte, lavarte los dientes, peinarte el pelaje, ponerte tu traje y mil cosas más, y como no empecemos ya verás como te quedas sin tiempo. Además....no querrás llegar tarde y no poder ver a tus amigos ¿no?, en especial a Poppy. -La madre de Rumble sabía muy bien como apretar las clavijas, y de inmediato, el yordle azulado pegó un brinco y subió las espaleras para entrar a la cocina.

Angelina, pudo ver sobre la mesa de trabajo de su hijo la cajita de música, la cogió y fue dándole vueltas con la mano para ver todos sus detalles. Se notaba que Rumble le había dedicado mucho esfuerzo. La dejó donde la había encontrado y aprovechó que su pequeño estaba ocupado para echarle una mano. En uno de los armarios del garaje, Angelina estaba segura de haber guardado una cajita que el padre de Rumble le dio en su día para un regalo importante, y al tratarse de un recuerdo querido no había podido deshacerse de ella.

Tras mucho buscar, finalmente la encontró. Estaba sobre una de las estanterías superiores, por lo que necesitó de una escalera para poder llegar. Estirándose lo más que pudo finalmente dio con ella. Se trataba de una caja cuadrada, de tamaño similar a un melón pequeño, de color negro estaba decorada con flores bordadas en filos hilos de plata, una verdadera joya. Con cuidado de no estropear el regalo que su hijo había preparado, su madre introdujo el mecanismo dentro de aquella caja, la cual selló con un precioso lazo de color rojo carmesí.

Una vez guardada, también subió las escaleras y dejó el regalo envuelto sobre la mesa del salón, para que al pasar por ahí, Rumble pudiera verla. Ya que seguramente ponerle una dedicatoria ella misma para aquella yordle, es decir, para Poppy, le resultaría vergonzoso a su hijo, pues Rumble no quería reconocer nada de eso, simplemente pensó en poner una etiqueta en blanco y dejando un lápiz al lado para que Rumble la completara.

- Bueno....esto ya está. - dijo para si misma, yendo a prepararse también para asistir a la ceremonia de graduación.

Una hora después, Rumble ya había terminado con todo lo que su madre le había pedido que hiciera. Para la ocasión, el mecánico llevaba un traje elegante de color azul marino, con una corbata ajustada de tonalidad violeta y unos zapatos negros de punta alargada. En su mano derecha también portaba un reloj que había sido de su padre antes que él. Aunque Rumble insistió en que no quería llevarlo por miedo a perderlo, su madre le pidió que lo hiciera, así....el espíritu de su padre podría acompañarlo en aquella fecha señalada

-¿Estas segura de esto mama?, n-no quisiera que por mi culpa....

- Hijo, no pasa nada, yo quiero que lo lleves ¿vale?, era muy importante para papa pues se lo regalé por nuestro primer aniversario de boda. Ahora que estás hecho todo un hombre, es tu turno para lucirlo. Simplemente ten cuidado y ya está ¿si?