Capítulo 10

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Desperté, aún tenía al Uchiha dormido en mi cama, aferrándose a mí, como si tuviera miedo de que me desvaneciera

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Desperté, aún tenía al Uchiha dormido en mi cama, aferrándose a mí, como si tuviera miedo de que me desvaneciera.

—¿Qué es lo que te hace comportarte de esa forma? —pregunté a quién dormía, sin obtener respuesta.

Me levanté con sumo cuidado, siendo lo más sigilosa posible para no despertarlo, cuando estuve de pie y me preparé, fui directo a la cocina. Habitualmente me prepararía algo instantáneo o saldría a comer, pero tenía a un invitado y tenía que atenderlo correctamente.

Minutos después tenía la mesa preparada con arroz, carne y algunas verduras. Sentí el chakra de Itachi adentrarse a la cocina.

—Toma asiento y come algo altes de irte, aun es temprano.

—Sí, gracias Akiko —respondió mientras se sentaba y tomaba un poco de arroz —. Está delicioso.

Trató de sonreír, pero esa sonrisa era la más triste que me había regalado.

—No tienes que hacerlo —dije, él me miró preguntándome con sus ojos el porqué de mis palabras —. No intentes tranquilizarme con una sonrisa. Si algo está mal, entonces dímelo. No tienes que contarme que pasa, solo hazme saber que las cosas no están bien así al menos podrás tener una carga más liviana.

Lo vi concentrarse en el su plato de arroz, pensando en que podría decirme. Mire cada facción de su rostro tratando de adivinar sus pensamientos.

Una pequeña arruga entre las cejas que demuestran su concentración, sus labios en línea recta diciendo la incomodidad de sus propios pensamientos.

—No tiene que ser ahora, yo puedo esperarte el tiempo que necesites —dije, empezando a comer para evadir la incomodidad.

—No —respondió firmemente —, te lo diré. Anoche yo maté Shisui y obtuve el Mangekyo Sharingan.

Coloqué mis manos en mi regazo, apretando con fuerza mis puños. El no mentía, Itachi nunca me mentiría, podría no contarme las cosas, pero jamás me engañaría. Pero aun así esperaba que no fuera verdad, que me dijera que había sido un broma aun cuando él nunca las hacía.

Me obligué a no llorar y enterré la tristeza en el fondo de mi corazón.

—¿Por qué lo hiciste? —pregunté.

—No puedo decírtelo —respondió, de nuevo el Uchiha estaba poniendo más secretos entre nosotros —, pero tal vez llegue el día en que pueda hacerlo.

Sus palabras no quietaron a mi corazón, pero lo acepté, ya lo había hecho antes. Itachi siempre iba a poner una barrera entre nosotros.

"No puedo sacarte de esa oscuridad y tampoco me dejas acompañarte en ella"

—Entonces esperaré.

—Entonces esperaré

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Amor imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora