Tener un romance en el siendo shinobi es difícil, o mejor dicho imposible. Siempre existe la posibilidad de que uno de los dos muera en una misión.
Akiko Sarutobi descubrirá, en carne propia, los horrores que conlleva amar, no a un shinobi común, s...
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En ocasiones me pregunto, si esta es la forma correcta en que una persona de trece años debe estar viviendo.
Y no hablo de mi vida, sino la de la persona que está acurrucado a mi lado. Itachi Uchiha.
Su cara seguía hinchada por las lágrimas de anoche, en especial sus párpados que parecían no poder abrirse. Pero sabía que aún así podía verme claramente.
Quisiera detener este momento para siempre y evitar que él siguiera sufriendo aún más, eliminar esos pensamientos que tiene, los cuales desconozco, pero sé que no son felices.
—Tenemos que desayunar —dije, intentando levantarme, pero gracias a un fuerte estirón volví a caer acostada.
—Yo … quiero quedarme así un poco más.
Obedecí a su petición, pero no por completo, esta vez me acerqué más y me aferré a su pecho.
—Estás cargando con algo muy difícil de llevar —comencé a hablar mientras acariciaba su espalda —, quisiera poder hacer algo para aligerar tu carga ¿no puedes decirme algo sobre lo que está pasando?
Sentí como sus músculos se tensaron y el silencio se volvió incómodo. Pero era necesario encarar a este Uchiha, pues no hablaría y estaba cansada de eso.
—No es algo que debas saber. Akiko, es parte de mis misiones …
—No —interrumpí —, hay algo más, algo que no me dices desde la muerte de Shisui.
—¿Porque querrías saberlo? No es algo que necesites —reclamó.
—¡Porque me importas! —me aferré con más fuerza, al grado de poder escuchar los latidos acelerados de su corazón —, no tienes idea de lo mucho que te quiero y me duele mucho el ver que el chico que me gusta está sufriendo solo.
Sus brazos me envolvieron, pero contrario a lo que esperaba solo escuché un leve sollozo.
—Creí que iba a ser feliz en el día en que mis sentimientos fueran correspondidos —su voz entrecortada me me provocó un nudo en la garganta —, pero ¿por qué estoy llorando?
No pude responder.
Y eso me partió el corazón.
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