capítulo 4

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-a, b, c, ¿b?

-d-Aclaró Peter.

-Son muy parecidas-Dijo frustrada.

-Lo sé, es tu único error, debes aprender. Comienza de nuevo.-En una hoja las letras del abecedario estaban escritas en una prolija caligrafía.

-a, b, c, d, f...-

El atardecer se aproximaba, la tranquilidad invadía el bosque.

-Bien, estoy orgulloso de ti, ahora practiquemos estas palabras.

-ár...árbol-

Peter guardó silencio, provocando que Bonnie lo hiciera también. Unos duros e ineptos pasos junto a un silbido se escuchaban arrimarse al lugar.

El ojiazul se asomó por la ventana, Winter quiso imitar su acción pero él lo impidió.

-¡Hey!-Saludó sonriendo aquél robusto hombre, traía un rifle de aire comprimido y sus prendas de vestir eran oscuras y estaban manchadas.

-Quédate aquí, esta vez hazme caso.-Ordenó con tono amenazador. Para evitar ser vista se sentó cruzando sus piernas en el piso de madera. La ventana estaba abierta y podía sentir el viento que corría de esta.

Peter salió del lugar y lo próximo que escuchó en los siguientes minutos fueron palabras de los dos hombres.

Bonnie movía sus pies inquieta, esperando seguir con su lección de ortografía.

Gritos y lamentos graves de angustia invadió el ambiente, para luego escucharse como un peso caía a la dura tierra.

La muchacha quedó petrificada ante los ruidos y temblaba de miedo, unas torturosas lágrimas se deslisaban por sus mejillas. Tapó sus labios para evitar sollozar y ser escuchada por Peter.

El ruido de la tierra ser removida con un objeto de hierro hizo que saliera de su escondite. A través de la ventana observaba con sus ojos llorosos a Peter enterrando el cadáver. Bonnie observaba la escena con su rostro deformado por el terror.

Pero cariño ¿Por qué lloras? ¿Por qué temes? Si sabes perfectamente que aquél bello egoísta es malvado.

malvado.

Era la palabra perfecta para describir aquel ser inhumano.

Muerte, ese patán, cubrió sus huesos
de polvo, por actos de su amigo y ella no hizo nada para impedirlo.

Peter observó a la ventana y aquellos ojos azules le hicieron estremecerse.

Se alejó del portillo y sentó en la cama.

Pasó un tiempo y el rubio ingresó a la cabaña, sus manos y rostro limpio por las aguas del lago.

-Sé lo que haz visto pero...-

-¿Por qué lo hiciste?-Lo interrumpió con la voz temblorosa.

-Nadie puede saber nuestro paradero ¿Acaso quieres que los malos nos descubran y te lleven lejos para hacerte daño?

-¡No! Pero no era razón para asesinarlo. A lo mejor tenía familia, personas quienes lo amaban. Y ahora nadie sabrá dónde está descansando.

-No me interesa si alguien lo amaba, ya lo he hecho...-

-Eres un monstruo.-

-No, ¿Por qué dices eso, Bonnie?

-Tus acciones son horribles, y finges quererme cuando si lo hicieras no actuarías frente a mi con cinismo y descaro.

-¿Cómo puedes tú, cruel, decir que no te amo, cuando todo lo que hago es por ti?

-¡Matar por mi no es un acto de afecto y amistad!-Exclamó desesperada.

Peter acarició su rostro en un intento de tranquilizar a su amada.

-Deja de llorar.-

-Te odio...-Le dijo observándolo fijamente. Las pupilas del chico estaban dilatadas y podía distinguir levemente sangre en su nariz.

-No digas estupideces, yo soy quien cuida de ti y adora con toda su miserable alma, no aquél hombre, ni ninguna otra persona que hayas conocido.

shades of cool; 001Donde viven las historias. Descúbrelo ahora