Dos días.
Hace dos días por fin pisó los suelos de Hawkins. Nadie iba a sospechar al notar su extraña presencia. Era una joven de cabellos dorados común como el resto.
Estaba tan nerviosa y temerosa de caminar sola por allí. Recordó la emoción al observar las casas con jardines bonitos y niños andando en sus bicicletas.
Al encaminarse al centro no andaban muchas personas. Aquello no le pareció insólito debido a la situación que vivían debido a los actos que provocaba su ¿novio? Si podría llamarlo de esa manera, pero a esas altura ya ni le importaba.
Una tienda de música estaba abierta, la vitrina enseñaba algunas guitarras coloridas y discos, reconoció uno de The Rolling Stones. Acomodó el gorro rosado de lana que cubría su cabello y entró decidida al lugar.
La campanilla sonó y detrás del mostrador visualizó a un hombre que rondaba los cuarenta años, tenía el cabello bastante corto y unos lentes redondos reposaban en su rostro.
–Hola.–Saludó mirándola fugazmente y volvió a su deber. Acomodaba unos discos por género musical.
–Buenas tardes, señor.–Le devolvió el saludo con una sonrisa que se deformó al notar que no le prestaba atención.
Ignoró esto y deambuló por el lugar. Fingió interés en un vinilo de Black Sabbath y una guitarra Gibson color roja.
–Buenas guitarras, pero prefiero las Fender ciegamente.–Dijo levantando su vista de lo que hacía.
–Si, también son geniales pero las Gibson Les Paul me recuerdan a Jimmy Page.–Comentó intentando entablar conversación con una persona totalmente desconocida.
–¿Estás interesada en comprar una?–
–Oh, no, no tengo dinero, pero si lo tuviera claro que me la llevaría a casa.–
–Estoy seguro que serías buena guitarrista ¿Acaso eres hija de Karen Wheeler? Tus ojos oscuros me recuerdan a esa familia.
–No soy su hija, no se quién es ella. Mi madre se llama Rose.– O tal vez se llamaba pensó tristemente al no saber sobre su mamá.
–Seguro conoces a su hija, Nancy, estudia en la preparatoria.–
–Si, seguro conozco su rostro.–Sonrió intentando no sentirse mal de haberle mentido.
–Discúlpame ¿Dónde hay teléfonos públicos?–Preguntó cambiando la conversación.
–Hay varios distribuidos por el centro, hay uno a la vuelta, al frente del supermercado.–Contestó confundido ante la pregunta ya que ¿Cómo no conocía dónde están ubicados los teléfonos?
–Muchas gracias.–Golpeó su frente internamente ya que no llevaba con sigo algunas monedas.–Señor¿Sería tan amable en prestarme algunas monedas para utilizar el teléfono? Necesito realizar una llamada importante.
–Por supuesto.–Le contestó con una sonrisa. En un frasco de vidrio se encontraban los objetos de plata. Abrió el recipiente y sacó algunos centavos de dólar para entregarle.
–Muchísimas gracias, prometo que pronto le devolveré su dinero.–Le dijo y procedió a salir de la tienda.
–Adiós.–
Al salir del lugar se encaminó al teléfono más cercano. Siguió las indicaciones del señor y observó el supermercado. Caminó unos metros y halló lo que buscaba. Las pequeñas cabinas eran de color azul.
Los números de emergencia estaban grabados en una etiqueta que ya estaba bastante vieja. Buscó los números que correspondían a la policía y una vez que ya tenía el número colocó las monedas y marcó las teclas con sus dedos temblorosos.
Unos pitidos sonaron y la voz de un hombre se emitió del teléfono.
–Jefe de policía Jim Hopper ¿Cuál es su emergencia?
–Hola... n-necesito ayuda y dar a informar que ...–Calló al notar que una anciana la observaba fijamente. Bonnie se puso nerviosa ¿Por qué carajos la miraba de esa manera? Lucía normal, no es que estuviera rapada como hace dos años.
–¿Estás allí?¿Qué sucede, niña?–Preguntó el hombre del otro lado de la línea.
–Discúlpame, e-estaba diciendo que..–
–No se escucha, habla más alt...–La voz sonó entrecortada y el teléfono se apagó.
–¡Mierda!–Exclamó enojada pero al instante la frustración se apoderó de su mente.
(...)
¿Qué haz hecho mientras no estaba?–Preguntó Peter mientras fumaba. Su rostro delgado se notaba demacrado y había sangre seca debajo de su nariz.
–Nada interesante, he leído ese libro sobre Abraham Lincoln.
–¿Segura?–
–Claro ¿Qué más iba a hacer?
–¿Cómo murió?
–Lo asesinaron.–
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shades of cool; 001
Diversos𝐒𝐎𝐂 | ❝Ni el loco y férvido amor que sentían haría que el maníaco ojiazul cambiara. Y ese pensamiento fue como un balazo directo a su pecho. Desde su locura de pasión soñaba morir junto a él y sus labios hubieran sido doblegados hasta hacerse mús...