capítulo 18

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Creel sabía a ciencia cierta que conocía muy bien a Bonnie. Conoce cada cicatriz de su cuerpo, su voz al cantar, sabe que su color favorito es el verde porque le recuerda a las hojas de los árboles y le encanta la música de The Beatles. Adora cuando la abraza porque siente que no está sola y se pone nerviosa cuando la besa lentamente.

La observó crecer, estuvo con ella desde que era una niña pequeña. Limpió sus lágrimas y tranquilizó su dolor cuando más miserable se sentía.

La salvó del laboratorio e intentó curar su mente de los recuerdos. Le enseñó todo lo que sabía y le proporcionó los conocimientos básicos para que no sea una presa fácil a la deriva.

Además no la obligó a ensuciar su alma para su merced. No podría ver la inocencia perdida de sus ojos.

Ella creció, es una joven inteligente, y por lo tanto duda de su lealtad.

flashback

Verano de 1980.

El día era caluroso. Las libélulas aprovechaban para merodear por el lago y los pájaros cantaban en las copas de los árboles.

Mierda.–Insultó al sentir el agua fría del lago. Bonnie se preparaba para sentir el agua enfriar su cuerpo del calor espantoso que el clima de Hawkins recibía.

–No insultes.–Reprendió como siempre con aquella mueca molesta.

–Estúpido.–Le dijo y con sus manos arrojó agua al cuerpo de Peter, su ropa se empapó. Ella río a carcajadas al ver su rostro enojado.

–¡Artemis!–Le gritó enfadado.

Ella sonrió, contó internamente hasta tres y sumergió su cuerpo en el agua. Una vez que salió a la superficie observó a Peter sentándose en el césped, al borde de las aguas.

–¿Por qué no vienes? Eres tan aburrido–Preguntó Bonnie.

–En estos momentos no me atrae tu invitación, ya te has encargado de refrescarme.–Le dijo molesto agarrando el borde de su camiseta.

–Y luego te enojas cuando digo que eres un idiota.–El ojiazul rodó los ojos.

Bonnie lo ignoró y continuó sumergiéndose, abría sus ojos bajo el agua unos segundos para encontrar algunos peces pequeños. Se decepcionó bastante cuando los animales acuáticos huían de ella.

Una vez al aire libre decidió salir y sentsrse junto al chico. Él le ofreció una vasija que contenía arándanos y gustosa lo aceptó.

Peter observó atentamente como su piel y cabellos rubios brillaban bajo la luz del sol. Algunas gotas de agua se deslisaban por su tez. Ella comía concentrada admirando la luz que se reflejaba en el lago.

Al percatarse de aquella oceánica mirada volteó y le dedicó una sonrisa dulce. El chico acarició su cabello y proporcionó un casto beso en este.

–¿No estabas enojado conmigo?–Preguntó burlesca.

–No puedo enojarme contigo.–Dijo perdido en la ternura de Winter.

–Lo sé y por eso te quiero mucho.–Mencionó riendo.

–Y siempre voy a estar para ti, por más que tú creas que soy un monstruo sin corazón. Sostengo la idea que mi poca humanidad es gracias a ti.–

–¡Que bonitas palabras! Ya deja de leer tantos libros cursis. Por otro lado, yo también me niego a alejarme de tu lado.–Le dijo luego de beber agua de una taza.–Iría al infierno con tus amigos con tal de estar contigo–Río tan fuerte que le contagió a Peter la carcajada.–Pero ¿Por qué me dices esto?–Preguntó confundida.

–Sólo quiero que lo sepas.–Le dijo pensando en las palabras de Winter. No, claro que ella no es extremista para seguirlo junto a sus planes. Es muy lista para acompañar a alguien como él.

–Está bien.–

shades of cool; 001Donde viven las historias. Descúbrelo ahora