–Hey, niña, despierta–
La voz de Peter interrumpió su sueño. El sonido de las gotas chocando contra la ventana y las hojas de los árboles la inundaron, además el aroma a café negro que desprendía una taza humeante.
El día era gris.
Observó al ojiazul con enfado y sin moverse de su lugar.
–No te quedes ahí, levántate, tienes que desayunar para recobrar energía–
Con pesadez sacó las cobijas que cubrían su cuerpo, se levantó de la cama y acercó a la mesa, se sentó en una de las sillas y agarró la vasija. La fruta sin dudas no se le apetecía, el dolor provocaba náuseas.
Su mirada estaba apagada y unas ojeras pronunciadas de color violeta estaban plantadas en su rostro, producto de haber pasado una mala noche, el dolor no la dejaba en paz.–¿Cómo te sientes?–
–Me encuentro mejor que en la noche.–
–No parabas de bufar.– Peter había encendido una vela para iluminar a Bonnie y verificar su estado, la mueca de dolor nunca abandonó su rostro.
–La pase muy mal, mi pierna sigue doliendo bastante.
–Pronto te recuperarás.–
–Lo sé, perdón.–
–¿Por qué te disculpas?–
–Por haber desobedecido.–Dijo casi en un susurro, agachado la mirada. Peter la observó y guardó silencio.
Las noticias sobre el clima se escucharon de la vieja radio.
–Estabas equivocado al decir que puedo hacer cualquier cosa por mi cuenta, dependo de ti hasta para caminar en el jodido bosque.–El enojo en su voz era notable.
Bonnie ¿No te das cuenta que no fue tu culpa? Si tan solo Peter no hubiera aparecido en ese momento, tú estarías bien.
–No digas eso, eres incompetente para entenderlo, eres especial y fuiste muy valiente, no creo conocer a alguien más que atravesó un bosque con una herida profunda–Dijo el chico para proceder a levantarse de su lugar. Se acercó a Winter y se agachó, tocó la piel desnuda al rededor de los puntos.
–Estoy seguro de que cicatrizará rápido, eres saludable.–Mencionó para agarrar una de sus manos y acariciarla con su pulgar.
Le sonrió y preguntó:–¿Qué quieres hacer hoy?
–Dormir todo el día.–
–No seas aburrida ¿Que tal jugar una partida de ajedrez?
–Sabes que nunca me gustó ese juego.–
–Porque siempre gano ¿Recuerdas ese día que te enojaste por mi victoria y las piezas salieron volando? Todavía me duele la mejilla al haber recibido aquél caballo.
Bonnie rió al recordar el momento, había ocurrido hace unos años, y su inmadurez le provocaba ira al perder en un juego, y más si era contra Peter, ya que su rostro nunca quitaba esa mirada egocéntrica.
–¡Era pequeña! Y tú nunca me dejabas ganar.–
–¿Por qué iba a dejarte ganar? Si lo hacía nunca ibas a aprender.
–Bueno, te doy la razón.‐Dijo y sonrió con melancolía, aquellos momentos en el laboratorio, estar junto a Peter le hacía olvidar por unos minutos la miseria que cargaba.
–Si comes y estas fuera de la cama por un tiempo, prometo que podrás dormir.
–De acuerdo.–
(...)
–No hagas trampa.–
–No estoy haciendo trampa, se puede hacer.
–Deja de inventar reglas.–
–Te detesto.–Dijo Bonnie indignada, próximamente, otra derrota.
La noche había arribado, el cielo ya se había despejado, las estrellas estaban pintadas en la oscuridad.
–Jaque mate.–Dijo Peter.
Winter sopló las velas que iluminaban la mesa y se dirigió rápidamente a la cama, se tapó y contuvo una risa.
Peter observaba de lejos su rostro, la llama de la vela que se encontraba al lado de su lecho alumbraba aquellos ojos oscuros. Caminó hasta ella y se sentó en el mueble, a su lado.
–¿Estás bien?
–Si, no me hagas recordar que tengo una herida en la pierna, que tú cosiste.–
–De acuerdo.–Dijo sonriendo. Alzó una mano y la colocó en su cabello, acarició de este, observando a Bonnie con sus ojos crueles.
Luego de unos minutos, la respiración de Winter se hacía cada vez más pesada.
–Dulces sueños.–
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shades of cool; 001
Random𝐒𝐎𝐂 | ❝Ni el loco y férvido amor que sentían haría que el maníaco ojiazul cambiara. Y ese pensamiento fue como un balazo directo a su pecho. Desde su locura de pasión soñaba morir junto a él y sus labios hubieran sido doblegados hasta hacerse mús...