EPÍLOGO

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Carta:

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Carta:

"Mi padre me repetía constantemente que si quería algo, debía ganarlo, ya terminé de entender esa frase, su peso y significado era demasiado grande.
Jamás lo llegué a apreciar, sus mentiras fueron descubiertas, toda mi crianza fue falsa.

Seguía sin ser un amor de padre e hija, volví a casa, la mansión quedó en mis manos y él seguía muerto, lo cual era reconfortante, sabía todo lo que pasó en esos años.

Él creía que la gente de afuera era peligrosa y mala, lo pude comprobar en carne y hueso.

Alguna vez quizás llegaré a recordar esas palabras sin ningún otro tipo de sentimiento más que repulsión.
Salí del ático después de 6 años, creí no sentir nada y aquí sigo.

Terminé de averiguar las cosas, todo estaba predestinado, en el álbum estaban las respuestas, fotos de él y yo, aprendí a las malas que no tengo el poder sobre todo, encontré a personas especiales en mi pasado, presente y futuro.

Solo queda descubrir qué sigue, después de todo, sigo siendo la hija del legado.     

              

                                    —Alyssa Donovan.

Cerré el cuaderno.

De todas formas leer lo que escribes no es ni reconfortante y ni siquiera un poco saludable, ni para mí, ni para nadie.

Lo hago para sentir aquello que alguna vez perdí. Lo hago para intentar entender si alguna vez lo que presenciaré será real o solo un simple deseo que sale de lo más profundo de mis sueños.

Tal vez sea cierto que alguna vez hubo alguna Alyssa Donovan que terminó encerrada en un ático por seis años.

Tal vez sea cierto que alguna vez hubo un Asher Becker que intentó recuperarla a costa de sus propias vidas.

Tal vez en otra vida su historia sea diferente y no ficticia.
De todas formas sólo eran delirios de una mujer solitaria que necesitaba ponerle energía a su vida después de haber perdido el sentido de esta.

Jamás me sentí tan cerca y lejos de alguien al darme cuenta de las historias que salían de mí. No era yo.

Aquellas respuestas están más cerca de lo que puedes llegar a presentir, solo presta atención a los pequeños detalles.

Todo esto simplemente fue el deseo de escribir aquello que quería en alguna vida, pero a fin de cuentas de las dos maneras termina mal.

La imaginación es grande, pero aún más es aquello que jamás podrás recordar en carne propia.

Sin emociones que sientes por alguien que tal vez en algún lugar existió, solo que ahora no lo hacía.

Yo cree eso, yo cree todo esto y es lo que causa leer, es lo que causa sentirse totalmente aislado de un lugar.

Ninguna persona está totalmente cuerda cuando te das cuenta de las cosas que puede llegar a hacer solo por un poco de energía e imaginación en su día a día.

Si alguna vez llegas a leer esto, de nada.

No tienes que agradecer haber leído algo que a final de cuentas sientes cuando acabas un libro, un vacío. Te sientes tan consumido por una cosa que a fin de cuentas ya no te sientes normal y tú vida poco a poco se va haciendo aburrida e inexistente.

Así termina esta historia, te toca crear otra.

Cuando despiertes tendrás la sensación extraña en el cuerpo de saber que aquello que anhelabas tanto de una persona que jamás existió y aquella que jamás lo hará.

Solo recuerda una cosa, cuando las alarmas suenen, corre. 

No necesitas esperar unos días, horas, ni treinta y cinco minutos para que la bomba estalle.

A fin de cuentas, donde todo empieza, todo termina.

Y esto jamás empezó.

       

                          —23_escritoraanonima.        
         
           


Agradecimientos.

A todos los que llegaron acá, gracias.

Alarma 3 5  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora