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TAEHYUNG.

No había dormido absolutamente nada desde que había pisado por mi nueva habitación. Más bien, en la habitación donde había dormido hoy porque este mismo día me mudaba y era por eso mismo que la habitación estaba llena de cajas de cartón y maletas.

Odiaba mi vida y era aterrador vivir en un ambiente totalmente diferente a cuando estaba en Corea del Sur. Bueno... odiar mi vida no la odiaba como tal, odiaba la situación que estaba experimentando a mis tan sólo diecinueve años.

¿Que me ocurrió? Pues todo empieza con mi familia. No, no estaba conviviendo con dos padres tóxicos y que peleaban a cada hora del día. Simplemente que mi padre, un hombre tranquilo, familiar y cariñoso, no pudo seguir la juerga de "adolescente" que todavía llevaba mi madre en su interior a sus treinta y ocho años. Así que todo esto llevo a mis padres a una separación amistosa y a dos nuevas mudanzas en tan solo una semana.

Habían pasado aproximadamente un año desde lo sucedido, cuando yo estaba en medio de mi primer año de universidad en la SOPA, aún estando en Corea. Un año desde que mis padres se sentaron hablar conmigo y me dieron el bombazo de aquella noticia que me hizo llorar todo el día y preguntarme a mi mismo si esto era por mi culpa, pero las tranquilizadoras palabras de mi madre y el afecto cariñoso de mi padre me hicieron cambiar de opinión. Todavía recuerdo el cómo mi padre me decía que aún quería muchísimo a mi madre pero que sus estilos de vida eran totalmente diferentes y que por eso mismo no podían llevarse al mismo compás. Y pude entenderlo a la perfección.

En pocos meses, cuando todos vivíamos aún en la misma casa, mi madre encontró de nuevo un amor que por suerte si podía seguirle el ritmo. La relación avanzó y todos, hasta mi padre, estábamos feliz por ella. Pero la propuesta que le hizo Taecyeon, mí ahora padrastro, a mi madre me descolocó un poco.

¡Le había pedido mudarse a Nevada con ella! ¡A la otra punta del mundo, en Estados Unidos! Y básicamente mi madre me arrastro con ella hasta Nevada. Bueno... en realidad no lo hizo, pero esa historia la contaré más adelante porque... ¡oh Dios mío!

Todo se veía enorme nada más bajarme del coche de mi padrastro y es que lo que tenia frente a mis ojos no era nada más y nada menos que mi nueva universidad, la cual podría ser mis tres mejores últimos años de mi vida o mis tres peores. ¡El campus era enorme! Era más grande que mi antigua universidad.

Sentí una mano en mi espalda y cuando giré la cabeza pude ver la gran sonrisa de mi madre.

—Se que puede ser aterrador, pero recuerda que no estás solo.

Sé que la intención de mi madre era tranquilizarme, pero no podía. Todo este comienzo se veía aterrador y más cuando tú universidad estaba ubicada en Boston, es decir... ¡en la otra punta del continente!

Gemí arrepentido por la decisión que tome al venir aquí.

—Mamá, quiero volver a casa con papá.— la abracé.

La verdad es que no niego mis palabras por muy duras que sean. Salí en Corea dejé a mis amigos atrás, mi vida, a mi padre, mis abuelos... y, bueno... a mi novio Bogum.

—Oh osito... todo saldrá bien, ¿de acuerdo?— mi madre me aparto de ella.— Se que te cuesta hacer amigos, pero estoy segura de que aquí serás una mariposa social. Estoy segurísima. Además, aquí podrás estudiar comunicación audiovisual en vez de musicología como hacías allí.

Tenía razón pero seguía acojonado.

Vamos... era esto o nada.

Finalmente asentí y me adentré con mi madre al campus, ella llevaba las maletas mientras yo ayudaba a Taecyeon con las cuatro cajas de cartón que llevaba. Ya sabíamos donde teníamos que ir, me asignaron habitación cuando rellené mi matrícula una vez decidí estudiar en estas instalaciones, solo esperaba que la habitación sea completamente solo para mi.

Cambiando el juego | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora