Capitulo 25

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Egli:

Lo último que esperaba encontrarme al entrar en casa era a un Alex completamente destrozado.La sorpresa al haber visto su llamada en mi móvil pasó a la de horror en menos de un segundo.

-¿Dónde demonios estabas?-me preguntó de forma intimidante,como siempre.Aquella pregunta me dejó descolocada por un instante pero lo que más me dejo alucinada fue su aspecto.

Tenía el ojo izquierdo completamente amoratado,su labio estaba partido pero eso no era lo peor;su torso desnudo me dejó entrever los hematomas que estaban comenzando a formarse bajo aquella piel bronceada y bajo aquellos abdominales.Por un momento,ver aquellas heridas me dejó quieta donde estaba;paralizada.

Sentí el corazón latirme a mil por hora,y el pánico me inundó haciéndome sentir mareada.No me gustaban las heridas ni la sangre y los oídos comenzaron a pitarme de forma que tuve que sujetarme un momento a la puerta.

-¿Qué te ha pasado?-le pregunté con la voz ahogada.

Christopher estaba enfadado,lo podía ver por como apretaba la mandíbula con fuerza y por cómo me miraba:como si de cierta manera sus heridas hubiesen sido culpa mía.

-Te he hecho una pregunta-me dijo tirando de malas maneras la bolsa congelada sobre la mesa de entrada.

Sacudí la cabeza al mismo tiempo que cerraba la puerta sin hacer ruido.Mi madre,Elizabeth y Wil ya estarían acostados y no quería despertarlos,al contrario que Alex que parecía no importarle el volumen de voz con el que se estaba dirigiendo a mí.

-Estaba con Greg-le dije acercándome hacia él.A pesar de las ganas terribles que tenía de alejarme corriendo de aquellas heridas,no podía ignorar su estado.-José y Katherin se han reunido con nosotros poco después de tomarnos un helado,además ¿Qué importancia tiene eso? ¿Tú te has visto?-dije estirando el brazo para rozar inconscientemente uno de los hematomas que tenía justo en un costado del estómago.

Su mano voló hacia la mía para apartarme,pero en vez de un manotazo,que es lo que hubiese esperado de él,me la sujeto con fuerza,tanta que me hacía daño.Levanté los ojos hacia él,y vi rabia y miedo en su mirada.

-Ven a la cocina,necesito hablar contigo-me dijo entonces tirando de mí y arrastrándome tras él.

Involuntariamente me fijé en su espalda desnuda.Dios,cada músculo se marcaba a la vez que caminaba y sentí el deseo de acariciar la piel tersa de su cuerpo.Se veía como otro cardenal comenzaba a formarse en uno de sus costados y de repente sentí tal odio hacia la persona que le había hecho eso,que mi visión se nublo allí donde mis ojos miraban.

Alex solo encendió la lamparita de la vitrocerámica por lo que la luz era tenue cuando se sentó en una de las banquetas de la isla aún sin soltarme la mano.

Verle en ese estado me estaba matando,podía ver como sus ojos se fruncían por el dolor con cada movimiento que realizaba,y mi mente no dejaba de imaginar formas de hacerle sentir mejor.

-¿Has notado algo raro hoy cuando has estado por ahí?-me preguntó con la preocupación tiñendo su rostro-¿Alguien que te seguía,o algo parecido?

Aquello no me lo esperaba.Me obligue a mirarle a la cara para contestarle.

-No,claro que no,¿porqué?-le dije con incredulidad.

Me soltó la mano y apartó la mirada de mi rostro,frustrado.Desee volver a estar en contacto con él,pero opté por quedarme quieta.

-Fabio no se ha olvidado de lo de las carreras-me dijo y entonces comencé a comprender de que iba todo aquello-Quiere vengarse y no dudaran en hacerte daño si te vuelven a ver-agregó clavando sus ojos color miel en los míos.

El y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora