Cap. 49 Sanando Heridas

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Juliana

Mi ex-novia la psicópata está en mi casa, no puede ser. Me coloque algo adecuado y observé que mi novia también se disponía a salir.

Juliana: Val, necesito que te quedes aquí.

Valentina: No te pienso dejar sola, voy a salir junto a ti para que de una buena vez esa tal Rebeca desaparezca para siempre.

Juliana: Si sales vas a empeorar las cosas, necesito que por el bien de todos te quedes tranquila.

Valentina: Si en 10 minutos no regresas saldré a poner en su lugar a esa zorra.

Me acerque dónde ella estaba y le di un beso en los labios, para calmarla.

Juliana: Sin malas palabras ¿ok?

Valentina: No quiero que esa chica se meta contigo.

Juliana: Todo estará bien

Salí y mi amiga Deborah me acompañaba en dirección a la sala de recibir visitas donde había dejado a Rebeca.

Deborah: Yo puedo hacer el hueco en el patio para enterrarla

Juliana: ¿Qué tonterías dices?

Deborah: Por ti hago lo que sea, pero no me pidas que la mate porque no me gusta ver sangre, pero como no podemos dejar evidencias te ayudo a enterrarla y hacer una buena cuartada.

Juliana: Deja de decir tonterías, ¿Quiero saber, como sabe ella que estoy aquí?

Deborah: Eso es muy fácil, cualquier secuestrador sabría que estás en México.

Juliana: ¿Por qué?

Deborah: Salió en las noticias que la hija del imperio Valdez regreso a México. En algunos medios escribieron que eres una mujer muy hermosa, otros ni te reconocen.

Juliana: ¿Cómo pueden ser tan chismosos?

Deborah: Es su trabajo averiguar la vida de la gente para que les paguen.

Bajamos y al llegar ella estaba sentada, esperando por mi, con lo que no contaba era que Eva también estaba allí tomando un café con la loca.

Rebeca: Mi novia hermosa, regresaste por mi.

Ella avanzo en mi dirección y yo retrocedía unos pasos mientras ella avanzaba.

Juliana: ¿Qué haces aquí?

Rebeca: Estoy aquí por qué tú eres mi novia, bueno le decía aqui a la señora que no le diga nada a tus nuevos padres.

Juliana: Mira Rebeca, será mejor que te vayas. Y entiendas de una vez por todas que no somos novias.

Rebeca: Por favor peluchita no te tienes que ocultar más y ya perdóname por lo que hice, esas fueron medidas desesperadas.

Juliana: ¿Medidas desesperadas? Le dijiste a mis padres que su hija era lesbiana cuando era mi derecho y eso ocasiono que el día de su muerte mis padres me odiaran. Jamás olvidaré esa medida desesperada como tú lo llamas. Ahora quiero que salgas de mi casa y no vuelvas.

Rebeca: Tú no sabes de lo que soy capaz.

Juliana: Pues si se de lo que eres capaz y por eso te voy a pedir que te vayas por las buenas, porque tú no eres la que no me conoces por las malas. ¡ALIRIO!

Rebeca: Ya verás lo que haré y si tienes a otra pues esa mujer me conocerá.

En ese instante, Valentina entro en la sala.

Jamás Pensé Amar AsíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora