Capitulo 9

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Decir que Aneu se había adaptado a su situación actual sería mentir

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Decir que Aneu se había adaptado a su situación actual sería mentir. La menor de los Dumbledore aún continuaba intentando escapar cada que podía, especialmente despues de que despertara en ropa interior en la misma cama que el, hace dos semanas, cuando recién llegaron a la casa de campo de los Grindelwald y que tuvo el accidente con el afrodisiaco. 

—¿Tan siquiera tienes un plan para por si logras escapar?—le había cuestionado una mañana Gellert leyendo el periódico con tranquilidad despues de que sus seguidores volvieran a capturarla.

—Primero escapare e ire planeando sobre la marcha.—respondió Aneu encogiéndose de hombros.

—Gryffindor tenías que ser.

Si bien Aneu no se había adaptado a su situación, le dolía admitir que empezaba a sentirse realmente cómoda en ese lugar. Los seguidores de Grindelwald que fungían como sus guardias eran siempre amables con ella, Vinda y Queenie la visitaban seguido para platicar un rato y Gellert...Gellert era tan agradable y encantador como solía serlo.

Y eso la tenía fastidiada hasta cierto punto.

—¿Podrías largarte de aquí, por favor?—cuestionó Aneu irritada, al verlo pasearse por la habitación.—Mi celda esta igual que siempre, no debes preocuparte.

—Mi niña, esto tiene de celda lo que Gringotts puede tener de pobre.—ironizó Gellert señalando el candelabro de cristal que había colocado en el cuarto de la chica.— ¿Porqué estas de tan mal humor?

—¿Dónde esta Rolanda?—cuestionó Aneu, ignorando su pregunta. Gellert suspiró frustrado.

—Ya te dije muchas veces que ella esta bien.—respondió Gellert con el ceño fruncido.

—No te creo.—replicó Aneu cruzada de brazos.

—De eso ya me di cuenta.—rodó los ojos y señaló la bandeja junto a su cama.— ¿Es por esa chica que no quieres comer desde ayer? ¿Es acaso esto una huelga de hambre?

—¿Y qué si lo es?—lo miró molesta.

—Deja de comportarte como una mocosa.—regañó Gellert con cierta frialdad.

—Por si no lo has notado, idiota, soy una mocosa. Solo tengo 18 años.—replicó Aneu, indignada.

—Aneu, deja de jugar.

—Quiero ver a Rolanda.—repitió Aneu con el ceño fruncido.—llevo aquí dos semanas y no he vuelto a ver a mi amiga desde que tus seguidores nos atacaron. Quiero verla...¿o acaso la mataste?—pregunto asustada.

—Rolanda Hooch no esta muerta.—aseguró Gellert suspirando exasperado.— Aunque quisiera, no puedo matarla, así que confórmate con saber eso.

—Entonces confórmate con que me muera de hambre si no me dejas verla.

—Tengo mis maneras de hacerte comer, Aneu.—amenazó Gellert y ella retrocedió un paso.— No voy a hacerte daño nunca, pero si debo utilizar medidas desesperadas para que te mantengas con vida, lo hare. 

Aneu [Gellert Grindelwald]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora