Capítulo 3 • Alhena está enamorada

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Capítulo 3

***

Hubo una tarde fría de enero, de esas que vuelves en tren hacía Hogwarts tras una navidad en casa, en la que vi tu mirada buscándome.

Yo acaba de bajar de ese tren, y entonces te vi. Tu cara estaba bien pegada al cristal del vagón, con tu pelo tostandose con los últimos rayos del atardecer y caí en la cuenta de algo que nunca antes había hecho. ¿Qué podría ser de mí sin tí por el resto de mi vida? Porque te quise, te odié y te volví a querer. Porque hasta entonces no había caído en la cuenta de que por tí estaría esperando por siempre en esa parada de tren.

Porque yo quiero amarte o morir.

***

11 de julio de 2008

¿Lo oís? Esa canción.

How will I know if he really loves me
I say a prayer with every heartbeat

Una extraña melodía que Alhena escuchó una vez en uno de esos automóviles muggles que te llevan a dónde requieras por un módico precio y que, ahora, estaba reviviendo en su cabeza por alguna extraña razón.

I fall in love whenever we meet
I'm asking you, what you know about these things

Había sido un día de lluvia. Uno de tantos en Estados Unidos, en una de sus visitas al hospital general de Massachusetts. Odiaba esas largas travesías con toda su alma pero ese día las luces del centro de Boston se reflejaban en cada gota de lluvia que golpeaba el cristal del automóvil, y a Alhena le recordó a fuegos artificiales. A unos muy concretos, en séptimo curso y quizás por eso ahora tatareaba en su mente esa canción.

How will I know if he's thinking of me
I try to phone but I'm too shy

Ni siquiera sabía porqué la recordaba realmente. No era tan pegadiza como cualquiera de las Brujas de Macbeth, pero sin duda era idónea para lo que estaba ocurriendo justo en ese instante sentada frente a una fría taza de te aguado.

Falling in love is all bitter sweet
This love is strong, why do I feel weak

Todo había comenzado con una pregunta que no habría tenido lugar si Alhena no se hubiese sentado en la cocina y hubiese tamborileado sus dedos de forma nerviosa en la mesa, justo frente a la chimenea mientras Kreacher fingía limpiar por la encimera con un sucio y desgastado trapo.

Ciertamente, no se había movido de allí desde que una lechuza picoteó su ventana esa misma mañana para entregarle una carta, pues estaba esperando de forma ansiosa que las llamas verdes de la red flu se prendieran. Y, cuando así lo hicieron, se quedó aún más paralizada al ver que de la chimenea salía una mujer que había menguado en altura, y cuyo cabello en antaño precioso y rebelde solía ser menos plateado.

--Daphne Parker --había murmurado con el ceño fruncido y la joven Black agachó la mirada--. ¿Qué mal hice para que renunciaras a tu apellido con tal deshonra?

--No renuncié --aseguró Alhena mirándola a los ojos al fin--. Sólo me casé.

--Con un muggle. ¿Acaso no te crié bien?

--Tú misma me enseñaste a no tener esos prejuicios --recordó.

--Lo que te enseñé fue a amar --recalcó la mujer--. Y lo hiciste, con ese muchacho pelirrojo.

--Eso ya es pasado --murmuró la joven y observó como las llamas volvían a prenderse.

De ellas salió un pequeño niño cuyo cabello era demasiado brillante para ser real y cuya apariencia física le recordaba mucho a alguien en concreto. Pero entonces Alhena lo recordó; él podía tener la apariencia que quisiese. Entonces, la mujer que acababa de llegar por ese mismo medio rodeó al pequeño por los hombros de forma protectora, y a Alhena no le hizo falta mayor presentación.

It must have been love • || GEORGE WEASLEY ||  TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora