Capítulo 9 • Mentiras y secretos

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Capítulo 9

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Flashback: seis años antes
17 de Septiembre del 2002

La lluvia incidía con fuerza contra la ventana. Era de esas veces que molesta cuando te golpea contra la piel porque parece embravecida, si eras tan incosciente como para ir sin paraguas por Boston por muy soleado que hubiese amanecido el día. Pero no era el caso, el cielo estaba completamente encapotado y las nubes espesas y algodonosas oscurecían todo a pesar del bochorno, como si estuviese bajo un manto gris de tristeza que absorbía todo lo bueno y encharcaba el jardín trasero que había tratado de adecentar con peonías, pero si la herbología nunca fue su fuerte, la jardinería lo era aún menos.

Era, en definitiva, uno de esos días que tanto odiaba desde que se mudó al otro lado del océano Atlántico. Solían recordarle al pasado que ella había tratado de olvidar durante la travesía. Solían recordarle a la guerra. Y de verdad se había esforzado por olvidarlo, lo intentó, durante cuatro años, pero hacía una semana que el pasado había vuelto a ella como un jarro de agua fría sobre su cuerpo escuálido. Porque, por muchas mentiras y secretos que siempre fue acumulando, con él había llegado al límite.

Jamás se había sentido tan recluida en sí misma como lo era ante él y pensó, en un momento de debilidad que no sabía explicar, que él podría entenderla a pesar de que siempre había cerrado su pasado bien hermético ante la nueva oportunidad que la muerte le había regalado al tener la compasión de no llevársela con ella.

Pero él había descubierto la varita, oculta en una caja desgastada bajo el colchón de la habitación de invitados del segundo piso, y ella la miró con añoranza cuando éste se la mostró. Encajó en su empuñadura a la perfección y se sintió atraída hacía una fuerza invisible y superior que le recorrió todo su organismo. Como si hasta entonces no hubiese respirado correctamente, como imanes que se atraen y por fin se encuentran, y sonrió cuando su corazón palpitó en su pecho salvajemente por volver a sentir la magia. Lo había olvidado, que la magia tiene sus cosas buenas, y eso le dió esperanzas por una vez en su vida.

Él fue testigo de cómo el cabello de Alhena ondeó por una brisa que no había entrado por ninguna ventana, pues todas estaban cerradas, y en cómo la mirada de la mujer que tenía ante él refulgía. Fueron sólo unos segundos, pero eso bastó para saber que había algo extraño. Que había un profundo secreto.

La mujer suspiró y le rogó porque permaneciera paciente y callado hasta que ella terminase de hablar sobre su pasado, y él así hizo. La escuchó durante horas tratando de parecer neutral ante aquella locura que estaba escuchando de los labios de la mujer que amaba, pero por dentro estaba asustado, y eso era algo que jamás esperó sentir al lado de ella, cuyos brazos era su lugar seguro.

Le habló de magia y de artes oscuras, pero no de la que solía escuchar en los cuentos de pequeño, porque no era algo de fantasía. Era real y había sido la vida que la joven había conocido. La escuchó narrar batallas y guerras que no había presenciado por ser un bebé, y de magos oscuros y del niño que vivió a pesar de toda la maldad que ocurrió ese día. Le habló de Azkaban y la detención de su padre a pesar de ser inocente. Y del posterior abandono de su madre.

Luego su mirada se iluminó brevemente. Hablar de Adhara siempre producía esa chispa dentro de ella que él no era capaz de conseguir ni en los momentos de felicidad más extrema, sólo que ya no había travesuras inocentes de dos niñas inquietas, ahora hablaba de hechizos, escuelas de magia y vuelos en escoba para perseguir unas pelotas extrañas. Pero su tono de voz se fue agravando conforme avanzaba su historia por los años. Eso le conmocionó. Siempre había considerado que la mujer que tenía ante él provenía de un pasado doloroso y traumático, pero jamás imaginó ese sufrimiento.

It must have been love • || GEORGE WEASLEY ||  TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora