"Don't go."

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"No te vayas."

—Contesta, contesta, contesta, —Camila paseaba por su habitación en pánico mientras se pasaba una mano por el pelo tratando de estabilizar su corazón frenético. Y luego, cuando el teléfono en el otro extremo fue contestado, una descarga de alivio fluyó a través de ella. —¡Ally!

—Mila, qué...sabes que son las cuatro de la mañana, ¿verdad?

—Necesito que me lleves a recoger a Lauren. —La morena prácticamente gritó en el teléfono. —Por favor, Ally, ella ha estado bebiendo y tengo miedo de que esté herida.

-Ocho otras antes.-

—No te vayas, —suplicó Camila mientras metía su cara en el cuello de Lauren aún más. —Eres muy cómoda.

—Me he quedado aquí dos noches seguidas, no puedo vivir aquí, princesa.

—Quiero decir...podrías. —La morena bajó un poco la voz y sonrió con la intención de seducir a su novia para que se quedara.

—Levántate, —Lauren empujó a su novia pegajosa un poco. —Te recogeré para la escuela mañana.

—Pero Lauren, —la chica se quejó y sacó su labio inferior, algo que Lauren se había dado cuenta de que Camila usaba mucho contra ella. Porque la chica parecía demasiado irresistible cuando lo hizo. —Te voy a echar de menos.

—Es una noche, —murmuró la chica de ojos verdes. —Siempre tienes que hacer un escándalo cuando me voy.

—Eso es porque nunca quiero que lo hagas. —La morena resopló y cruzó los brazos sobre su pecho mientras su novia se levantaba del sofá.

—Jesús, si supiera que serías el tipo necesitada, nunca te hubiera golpeado.

—¿Golpearme?—La cubana más joven enarcó una ceja. —Fui yo quien te golpeó. Tú te enganchaste conmigo primero.

—No tenías miedo de mí.

—No tengo miedo, —Camila se levantó y sonrió, pasando sus brazos perezosamente sobre los hombros de su novia. —¿Te quedas a pasar la noche? Mi papá ni siquiera está en casa, solo seremos Sofi y yo en la casa. No es muy seguro, Laur...

Y es posible que Camila no lo supiera, pero palabras como esas realmente llegan a casa con Lauren porque sabía exactamente cómo era el mundo y cuán inseguro era. 

Pero también sabía que no podía confiar en la casa de su novia como una especie de refugio seguro, no podía dejar que Camila la obligara a quedarse otra noche. Necesitaba ir a casa y volver a su propia realidad donde esta vida de fantasía que vivía con Camila no existía. 

—Estoy a una llamada de distancia, te enviaré un mensaje cuando llegue a casa y te amo. —Lauren dejó caer la cabeza para presionar un rápido beso en esos suaves labios que siempre anhelaba antes de agacharse bajo los brazos de Camila, agarrar su chaqueta de cuero de la parte posterior del sofá y retirarse hacia la puerta principal.

Le sorprendió que Camila no la persiguiera porque, luego de su leve problema técnico una semana antes de que Lauren se hubiera comportado como una completa idiota, Camila apenas le permitía a Lauren apartarse de su lado por más de un minuto, aparte de cuando Lauren estaba de regreso en casa. La cubana más joven se aferró a su novia como si fuera pegamento y Lauren no se quejaba exactamente, sabía lo susceptible que era Camila y le encantaba poder compartir esa parte de ella con la chica más joven, pero eso no quería decir que no le importara.

Don't Touch Me [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora