Capítulo 5

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Kara POV

Unos días después de mi conversación por mensaje con Lena, ella me envió el borrador de mi contrato, tenía que limpiar su loft tres días a la semana, lunes, miércoles y sábados. Los lunes estaría completamente sola por lo que tendría una copia de sus llaves y el código de seguridad de su alarma, el resto de los días, Lena estaría allí, para mi desgracia. El salario era descomunal para las horas semanales que iba a trabajar, pero si era práctica, el dinero y el tiempo extra me vendrían de perlas, por lo que me tragué mi orgullo y lo acepté. En cuanto a Nia... había estado posponiendo mi conversación con ella y Lena no paraba de insistir desde que había empezado a trabajar el lunes, así que hablaría con mi hija hoy mismo. Después de cenar, me senté con ella en el salón y apagué la tele para que me prestara atención.

-Nia... tengo que decirte algo importante.- comencé.

Mi hija me miró atentamente.

-¿Recuerdas cuando te hablé de tu otra mamá?

Nia asintió.

-Me dijiste que mamá era especial por eso yo pude nacer, y que no quiso conocerme y nos dejó.- explicó.

Sonreí, mi pequeña, a veces, se comportaba de manera demasiado madura e inteligente para su edad.

-Y si tu otra mamá viniera ahora y quisiera estar contigo... ¿tú la aceptarías?- le lancé la pregunta de esa manera para tantear el terreno.

Frunció el ceño y ladeó un poco sus labios, como si estuviera pensándose la respuesta.

-Pero... ¿nos volvería a dejar?- interrogó en vez de darme una contestación.

¿Nos volvería a dejar? Pues lo cierto es que ni yo misma lo sabía, la Lena de hace unos años lo hubiera hecho, esta Lena... aún no sabía qué pensar de ella.

-No lo sé, cariño, no lo sé.- contesté con toda la sinceridad que pude.

-Entonces no, no quiero que te haga llorar.- contestó con firmeza.

-¿Y si no nos dejara?- tenía curiosidad por saber si aceptaría a Lena si esta estaba completamente comprometida.

-Bueno, entonces sí, pero solo si es buena y me quiere mucho.

Suspiré, no sabía si decirle que Lena era su madre, hasta ahora estábamos hablando de una posibilidad, confesarle eso haría que todo se volviera real. Pero si Lena iba a estar en su vida yo iba a seguir el consejo de Winn, les daría la oportunidad de ser madre-hija.

-Verás, cariño, ¿recuerdas a la mujer que conociste el otro día?

-Sí, Lena.

Vaya, le tuvo que haber causado impresión para que recordara su nombre.

-Bueno, pues ella... ella es tu mamá, mi amor.

Esperé su reacción, pero parecía no llegar, Nia se había quedado callada, me estaba comenzando a asustar por lo que decidí intervenir.

-Mañana tengo que ir a su casa, puedes venir conmigo si quieres hablar con ella.- le ofrecí, ya que era fin de semana y Nia no tendría colegio.

-¿Se enfadará si no voy y no querrá verme nunca más?- preguntó con inseguridad.

Podía notar que estaba asustada ante la perspectiva de que su otra madre estaba tan cerca, pero Nia no parecía querer rechazarla del todo.

-No, cariño, no se enfadará contigo.- "espero" añadí en mi mente.

La respuesta pareció calmarla un poco, pero parecía seguir estando contrariada.

-Si no quieres verla, está bien, no tienes por qué hacerlo si no quieres.- intenté tranquilizarla.

-Quiero verla.- contestó rápidamente. -Pero... mañana no, otro día.

Le acaricié la mejilla y le sonreí.

-Está bien, cariño, cuando tú quieras.

Con la conversación finalizada nos pusimos a ver una película de dibujos hasta que Nia se quedó dormida en mi regazo. La llevé a la cama para acostarla, después llamé a Winn para que se quedara con ella al día siguiente.

A la mañana siguiente, cuando llegué al loft de Lena, esta me estaba esperando, sabía que iba a preguntarme si había hablado con nuestra hija, igual que hizo el miércoles. Por lo general no hablábamos más que eso, Lena se iba a su oficina y yo me centraba en mi trabajo, fue una de las condiciones que le exigí cuando firmé mi contrato, que solo me limitaría a realizar mi trabajo, no quería ningún tipo de intento de conversación o acercamiento por su parte, a no ser, claro, que se tratara de Nia, como en esta ocasión.

-Si vas a preguntar... Sí, he hablado con Nia.- le dije sin saludarla si quiera.

-¿Y bien?- parecía nerviosa e impaciente.

-No quiere verte.

Vi entristecerse la cara de Lena de tal manera que incluso me llegué a sentir mal por ella. "Sí que le importa, Nia le importa de verdad" una parte de mí se ilusionó.

-No quiere verte por ahora.- aclaré. -Pero no te ha rechazado como madre, dale tiempo.

-¿Le has dicho que soy su madre?- preguntó sorprendida, después de todo Lena había dicho que quería estar con Nia aunque no fuera de esa manera.

-Sí, es la verdad, no quiero mentirle ni maquillarle las cosas, sé que es muy pequeña, pero te sorprendería lo inteligente y madura que es.- respondí. -Ahora si me disculpas, voy a trabajar.

Dejé mis cosas a un lado y me dirigí hacia el cuarto donde Lena guardaba sus utensilios de limpieza.

-Kara...- me llamó y me detuve. -Gracias.

Su agradecimiento sonó completamente sincero y eso me dio otro motivo de esperanza para creer en su cambio.

-Lena, no me agradezcas, solo... no lo fastidies con ella de nuevo. No le rompas el corazón.

Porque eso era lo que más miedo me daba, que Lena le creara falsas ilusiones a Nia y luego terminara haciéndole daño.

-No lo haré.

Dejé a Lena para ir a por los utensilios de limpieza, cuando volví ya no estaba en el salón, supuse que habría ido a su despacho como siempre. Así que me dediqué a realizar mi trabajo sin más. Un tiempo después, cuando ya había terminado con el resto de la casa, me dirigí a la oficina de Lena para avisarle de que era lo único que me quedaba por limpiar. Llamé suave a la puerta, pero no hubo respuesta, la escuché hablar y supe que estaba hablando por teléfono, justo cuando me iba a marchar para esperar que terminase, escuché mi nombre y la curiosidad hizo que prestara más atención.

-Ya sé que debería decírselo a Kara.- le admitió a la persona con la que estuviera hablando. -Pero... aún me resulta difícil.

¿Qué sería lo que me debería decir? Sabía que no podía confiar en ella y descubrir que me estaba ocultando algo que parecía importante no ayudaba.

-No quiero que se lo digas tú, si se entera debe ser por mí.- continuó.

Así que la persona con la que hablaba me conocía. Intenté pensar en algún conocido en común, pero no había vuelto a ver a nadie de la universidad y mis actuales amigos y conocidos no tenían nada que ver con Lena.

-Lo sé, Kelly, pero...

¿Kelly? Espera, yo conocía a una Kelly, la novia de mi hermana, pero... ¿de qué conocía mi cuñada a Lena? Y lo más importante, ¿cuál era el secreto que intentaba que Lena me confesase? No iba a preguntárselo a Lena, pero sí que podría intentar que Kelly me lo dijera. Escuché cómo Lena se despedía y esperé una rato antes de volver a llamar, me recibió como si minutos antes no hubiera estado hablando de mí.

Estuve el resto del día pensando en esa conversación, no me gustaba que Lena me estuviera ocultando algo, mucho menos si ese algo estaba relacionado de alguna forma con Nia, porque, al fin y al cabo, era el único tema que nos unía. Tomé la decisión de quedar con Kelly al día siguiente y tratar de sonsacarle información.

El camino a la redención (Supercorp AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora