Simplemente Celin

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Celin

Despierto y lo primero que veo es una rica rebana de pastel de moras... mis favoritas, es bueno poder ser quien mande, poder ser yo quien controle las acciones del cuerpo de Alice.
Al voltear a donde la cama, veo un espejo, me miro y me doy cuenta que soy como siempre lo imaginé, cabello negro, ojos grises, tez blanca, wow ¿cómo y por qué lo habrá hecho?, igual no le doy mucha importancia, a lado del espejo veo una hoja con una nota que decía
"feliz cumpleaños Celin... Espero que te guste mi regalo. Atentamente Alice"
Esa idiota, como la quiero solo que jamás lo debe saber, eso seria como decirle mis debilidades.
El pastel estaba muy rico, ame cada mordisco, era una sensación tan dulce que haaaa, no tengo palabras para describir ese exquisito sabor, solo se que era como ir al cielo, tener una caída libre y luego darte cuenta que estás en el espacio y no puedes morir.
Luego de un rato me parlantes de cabeza, me gusta hacer eso, sentir la sangre fluir a través de los torrentes sanguíneos, sentir la contracción de los músculos, como la respiración se vuelve lenta y profunda... es como probarme a mí misma que en verdad existo, que estoy viva... Para mí es una sensación placentera estar de cabeza.
Estaba gozando de un rato de paz, tranquilidad y soledad cuando de pronto se empieza a escuchar un zumbido por el altavoz.

-tú debes ser Celin...- ¡qué demonios!
-depende, ¿quién quiere saber?- necesito contestar con trampas a sus trampas
-jajaja... En verdad no esperaba que fueras tan descuidada- ¡por qué no responde este hijo de puta!
-¡te hice una pregunta!... ¡Responde!- era inevitable ser agresiva
-soy Jhon el psiquiatra de ambas...- responde con un tono burlesco, algo anda mal aquí -estaba esperando el momento en que solo estuviéramos tu y yo, tengo unas preguntas para ti-
-habla ya imbécil, quiero estar sola- sinceramente quería matarlo no solo por diversión, si no qué , además puedo olerlo y es un desgraciado
-¿en verdad creíste que sería tan sencillo?-
-escupelo de una vez por todas- pisé fuertemente hacía el suelo
-pasa que eres muy idiota, la forma en que decidiste quedarte aquí aceptándolo todo-
-¡quieres hablar de eso ven y dímelo de frente!, maldito cobarde-
-bien si lo que quieres es pelea no te detendré Celin- no dijo nada más, y de pronto se escucha la puerta, detrás de ella se encuentra un chico, no mas de 25 años, cabello castaño, ojos verdes, bastante alto y fuerte a pesar de no verse tan ancho, la verdad si era imposible quitarle la mirada de encima.
-bien que esperas, no tengo tu tiempo niña- ¿niña?, ¿a caso el imbécil desea morir hoy?
-entonces que sea así- corrí hacia él, lo derribe con una patada voladora, no se la esperaba, me tomó por el tobillo y me azotó contra el suelo, me tenía casi inmóvil, logré soltar una piern, tomé impulso y le volteé las cosas... Pero no por mucho, soltó sus brazos, con uno me tomó del cuello y con el otro comenzó a pegarme en el abdomen, me levantó del suelo -no vuelvas a retarme Celin- ese hijo de puta, le escupí en la cara, aflojó su agarre, me solté de él y le dí dos patadas en el pecho, lo dejé sin aíre, se tiró al suelo y comencé a pegarle en el rostro -si vuelves a decir algo... Será mejor que estés seguro de lo que haces- me dio un rodillazo y logró voltearme de nuevo -eres muy estúpida- se acercó mucho, vi la oportunidad y le dí un cabezazo, de nuevo giramos en el piso, ya lo tenía y de pronto no me pude contener, comencé a besarlo apasionante, nadie me abría tratado así, me gusto, era momento de devolverle el favor, eso me hizo sentirme viva por completo, así como cuándo maté a ese asqueroso guardia.
Ese beso se prolongó bastante, cuándo me percaté lo que hacía me levante de encima de él y corrí al baño... Por que coño lo hice.
-abre la puerta Celin- mierda no se ha ido
-lárgate de aquí, te... Te dije que quiero estar sola- a quién engaño quería seguir besándolo.
Yo estaba en la esquina de la bañera, abrió la puerta con sus llaves, al levantarme me abalance sobre sus labios, me correspondió el beso, me cargo y me aprisiono contra la pared, el agua comenzó a correr y en pocos minutos quedamos empapados. Yo ya estaba prendida cuando él me miro y comenzó a reír -lo siento pero aún no es hora- me soltó suavemente en la bañera y se despidió con un último beso.
Me quedé pasmada por mucho rato, ¿a qué se refería con que aún no era hora?, ¿por qué no me resistí a besarle así?, ¿qué me está pasando?
Cuando por fin recupero el aliento de todo lo que pasó me miro al espejo... Como puede ser que a pesar de ser opuesta a Alice allá hecho lo que hice. Comencé a verme con desprecio, que clase de porquería es ésta... -¡mierda!- le pegué con todas mis fuerzas a la pared hasta caer exhausta, no puedo ablandarme y Alice no debe saber nada, cierro los ojos un momento y quedo dormida

El PsiquiatraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora