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Somi parloteaba sobre los gatitos que tenía en su casa. Su gata dio a luz cinco adorables gatitos.

Su hogar estaba lleno de tiernos maullidos y pequeñas bolas de pelo que eran regañadas por su madre cuando planeaban hacer una travesura.

── tengo que buscarles hogar...ya cumplirán tres meses. - comentó en un susurró - ¿No te gustaría un gatito?

── Hanbin es alérgico..- le recordó - aunque quisiera, no podría.

── hmm..es una pena..- pateó una piedrita del camino - ¿Haces turno normal hoy?

── sí, debo estudiar para el examen. Tengo casi todo listo..

── oye...- detuvo su caminata - ¿En verdad quieres ir a esa escuela? - preguntó algo preocupada - las princesas son algo...tontas.

── las hacen tontas. - corrigió - obviamente que serán brutas con respecto a la intelectual si el único libro que tocaron en su vida es la libreta de matrimonio al casarse.

Somi rió, empujándola suave.

── ¿Entonces para qué quieres ir?

── dicen que este año se ampliarán los cupos para las princesas. - sacó una hoja de su cuaderno - ¿Ves? Cambiaron de director y su hija le pidió que modificara los contenidos de las mujeres, porque hay mucha diferencia con ellos.

La rubia leyó rápido, asintiendo al terminar y seguir el camino a la verdulería.

── ¿Y si es una mentira? - también existía esa posibilidad - ¿No te conviene quedarte en la escuela pública?

── puedo conseguir un mejor trabajo si me gradúo de la escuela de princesas. - Jiyu esperó en la fila a ser atendida - reforzaré los contenidos con YongBok, ¿Lo conoces?

Sus ojos se ampliaron ── ¿El príncipe Lee YongBok? ¿De él hablas?

── sí, él. - sacó algunas monedas de su bolsillo - es simpático. La otra vez fue a comprar a la librería y charlamos.

Somi estaba indignada. Se podía ver su rostro en máxima expresión.

── ¿Hablaste con el príncipe YongBok y no me dijiste? - frunció el ceño - pensé que éramos amigas.

Jiyu se encogió de hombros, fingiendo indiferencia.

── si te hace sentir mejor..- carraspeó - preguntó por tí.

La rubia, que iba caminando delante de ella, volteó, sonriendo como tonta. Sus ojos estaban brillando auténticamente, ilusionada y, notablemente, hechizada por los encantos de YongBok.

── ¿¡En serio!? ¿Qué te preguntó? - sostuvo sus manos - dime, dime..

── Dijo que le gustaban tus bordados, que tal vez comprará algún almohadón con bordado especial.

── compraría hilo de oro si fuese para él..- suspiró enamorada - es un encanto de persona, es todo lo que está bien en este pueblo, es lo más adorable y amable que mis ojos hayan visto alguna vez.

── por suerte, no te gusta.

Somi subió las escaleritas a su casa y abrió, dejando pasar a su amiga.

── ¡Estoy en casa! - gritó desde la puerta, oyendo a su madre responder - ya sabes dónde están las llaves.

El local fue abierto rápidamente. Cambió de lado el cartel y corrió las cortinas, permitiendo que el sol entrase e iluminara naturalmente la librería.

Barrió el suelo, sacando la tierra a la calle y esperando a que algo sucediera. Levantó su cabello con ayuda de un lápiz y activó la cámara de su celular, fotografiando la fuente que estaba en el medio del pueblo.

my sun kissed prince Donde viven las historias. Descúbrelo ahora